FOTO 7 | Quizás un cambio de tareas o la forma de estructurarte tu jornada laboral pueden ayudar a reducir tus niveles de estrés sin alterar el funcionamiento de la empresa.
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De las actividades que usted realiza, hay una aparentemente inocua pero que lo afecta de modo silencioso: la rutina que lo conduce a pasar ocho o más horas del día frente a su PC.

El sedentarismo acaba con la vida de unos 5.3 millones de personas al año. En Latinoamérica provoca 1 de cada 10 muertes, según la OMS. El costo es literalmente alto: genera además un desembolso de US$ 56 millones en atención de salud directa.

¿Exageración?
La escasa o nula actividad física no solo son los principales causantes de sobrepeso u obesidad. Aunque otras de las consecuencias inmediatas son trastornos digestivos y/o musculo-esqueléticos; también son pasaporte para el padecimiento de enfermedades no transmisibles (ENT) como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, artrosis, diabetes, cáncer de colón y mama.

Un organismo estropeado
Un organismo estropeado

Carlos Cornejo, jefe de Medicina Preventiva de Clínica Internacional, añade que, dado que el principal riesgo es la obesidad, es esta condición la que predispone al paciente a enfermedades cardiovasculares, articulares, insuficiencia venosa y otras.

“La dislipidemia o aumento de niveles de colesterol va bloqueando las arterias y puede generar un aumento de la presión arterial e incluso provocar un infarto cardiaco o cerebral”, ejemplifica.

No es afirmación sobredimensionada. Al limitar la actividad física, uno de los aspectos que primero se reduce es el VO2 Max, es decir, la máxima cantidad de oxígeno que somos capaces de emplear en un minuto. Esto se compensa con el incremento de la frecuencia cardiaca, lo cual significa que obligamos al corazón a trabajar más para mantener el volumen sanguíneo que llega al músculo, explicó Julio de la Morena, especialista en Medicina de la Educación Física a El Mundo.

En consecuencia, incrementa la frecuencia cardiaca en reposo hasta 15% y, con ella, se tiene un 64% más de probabilidades de atravesar alguna cardiopatía.

Para el médico ocupacional de la Clínica Ricardo Palma José Cachay, el riesgo de sufrir aterosclerosis también crece. “El flujo de sangre hacia el corazón es menor y el corazón se esfuerza más para hacerlo llegar a todo el organismo”, advierte. Esto eleva la propensión a padecer enfermedades coronarias.

Impacto en la felicidad
A nivel cerebral o mental, el panorama desalentador. El grosor del lóbulo temporal medio, fundamental para la memoria declarativa, puede aparecer más reducido en mayores de 45 si llevan una vida sedentaria. Según un estudio de la Universidad de California, se ralentiza el bombeo sanguíneo y de oxígeno al cerebro. Esto es que pensamos más lentamente y nos sentimos menos contentos, dada la parada de la producción de la serotonina y endorfina, hormonas de la felicidad.

Para contrarrestar los riesgos del sedentarismo, según la OMS, bastan 150 minutos de actividad a la semana. Especialistas sugieren pausas activas un mínimo de dos veces al día por cinco minutos.

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