Lecturas que se adaptan a distintos formatos
Fabiola Vergara Rodríguez, Jefa Institucional de la Biblioteca Nacional del Perú
Este año leí y por eso recomiendo la novela gráfica “El olvido que seremos” ( 2021 ), del ilustrador Tyto Alba. Es una adaptación de la novela del mismo título del escritor Héctor Abad Faciolince, quien rescata la memoria y vida de su padre, un médico defensor de los derechos humanos asesinado en 1987.
Si se trata de audiolibros, me quedo con “El infinito en un junco” (2 019 ). Premiado ensayo de Irene Vallejo, que nos acerca a la historia del libro a partir de una narrativa ágil y personal. Se puede conseguir en la web de la BNP (https://bpdigital.bnp.gob.pe/).
Y en formato de libro electrónico, “La lectura de los afectos”, del peruano Carlos Yushimito ( 2021 ), publicado por la BNP, forma parte de la colección Lectura, Biblioteca y Comunidad que promueve la reflexión en torno a la lectura como práctica sociocultural y las políticas públicas que inciden en el ecosistema del libro.
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Por último, una maravillosa obra de la literatura infantil, “Navegar por los aires” (2021 ), escrito por Micaela Chirif e ilustrado por Jessica Valdez, que nos acerca a la ingeniosa y autodidacta investigación que realizó el chalaco Santiago de Cárdenas en 1761 para diseñar una máquina para volar.
Introspección, cristianismo y duelo
Ángela Delgado, Directora de Desarrollo del Hay Festival Arequipa
Estos fueron algunos de los libros que en este año me dejaron con ganas de seguir buscando…
“Biografía del silencio”, de Pablo d’Ors, es una invitación a la introspección sin ingredientes artificiales. Una de las tareas más complejas para quienes usamos el déficit de atención como excusa para evitar indagar en nuestro propio interior.
“El reino”, de Emmanuel Carrere, me atrapó por la fineza con la que enlaza fuentes históricas con motivaciones personales para hablar sobre el cristianismo, sus antecedentes y la fe, esa que nos mueve a todos de una manera distinta, tema que también -aunque desde el ensayo- aborda Chantal Maillard en “Contra el arte y otras imposturas”, cuando dice que “hay una diferencia fundamental entre la pertenencia y la posesión. Pertenecer va asociado a compartir, poseer, a excluir. Y los espacios sagrados no se poseen, se comparten”.
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“El nadador en el mar secreto”, de William Kotzwinkle, y “Diario de duelo”, de Roland Barthes, fueron una ventana de aproximación, lúcida, cálida y al mismo tiempo dolorosa, a mis propios tormentos frente a la muerte de mi madre.
Entre la belleza poética y la crudeza de la realidad
Jaime Cabrera Junco, Fundador del blog Lee por Gusto
Este año destaco la lectura de “Huaco retrato” (Literatura Random House), de Gabriela Wiener. La indagación sobre la vida de su tatarabuelo austriaco es el detonante de estas reflexiones sobre el colonialismo cultural, la discriminación y las relaciones familiares. Una gran novela de una cronista de fuste.
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Agrego a mis recomendaciones “La vida de las marionetas” (Alastor Editores), de Fiorella Moreno. La profundidad psicológica y la tensión entre sus personajes resultan una aventura inquietante para el lector de estas siete historias sobre Anna. Excelente debut de una joven narradora.
En poesía, tengo varias propuestas.
Un año de muchas voces entre las que destacaron “Un sonido amarillo”, de Rosa Granda; “Una animal en mí”, de Juliane Ángeles; y “Kauneus (la belleza)”, de Roxana Crisólogo.
En No ficción rescato “Algo nuestro sobre la tierra” (Literatura Random House), de Joseph Zárate. La sensibilidad del cronista nos conecta con las historias y testimonios de estas personas que cumplieron una silenciosa tarea alrededor de la muerte durante el inicio de la pandemia.