Julio Ribeyro Cordero (izquierda) está preparando su primer largometraje. Jorge Coaguila (derecha) considera que Julio Ramón Ribeyro es “el lado B del éxito literario, el rostro opuesto de Mario Vargas Llosa”.
Julio Ribeyro Cordero (izquierda) está preparando su primer largometraje. Jorge Coaguila (derecha) considera que Julio Ramón Ribeyro es “el lado B del éxito literario, el rostro opuesto de Mario Vargas Llosa”.

Serenidad y reflexión son los rasgos que caracterizaban cada 31 de agosto en la vida de Julio Ramón Ribeyro. El autor de “Los gallinazos sin plumas” hoy hubiera alcanzado la otoñal edad de 89 años. “Me gusta pasar mis cumpleaños completamente solo, sin otra compañía ahora que mi gato”, anotó el escritor en su diario de 1974.

Julio Ribeyro Cordero, su hijo, reafirma que al cuentista no le gustaba festejar la fecha. No obstante, recuerda que para el aniversario 50 sí planificaron una celebración en familia. “Mi madre lo invitó a Venecia, era un viaje sorpresa. Cuando llegamos, ella quería enseñarle la ciudad, pero mi padre la conocía mejor por todo lo que había leído en los libros”, evoca entre risas.

Conmemoraciones

“Si alguien quiere honrarme cuando desaparezca que me lea o me comente”, escribió Ribeyro en “La tentación del fracaso”. En el 2019, habrá dos conmemoraciones en su honor: 25 años desde su muerte y su cumpleaños 90. Ambas ocasiones servirán para que sus lectores tengan nuevo material del escritor.

Jorge Coaguila alista los últimos detalles de la biografía de Ribeyro. El periodista conoció al creador de “Silvio en el rosedal” cuando tenía 21 años y llegó a hacerle seis entrevistas. Después de la muerte del escritor, ha permanecido en contacto con su familia y ha conversado con más de un centenar de personas que conocieron al cuentista. El resultado son más de 400 páginas que serán publicadas en Revuelta Editores.

De otro lado, Ribeyro Cordero sostiene que el proyecto que más lo entusiasma es revelar la faceta artística de su padre. “Era un buen dibujante. Hay decenas de dibujos que queremos dar a conocer el próximo año”, cuenta. Están hechos con plumones de colores y otros con acuarela. Retratan lugares donde Ribeyro iba de vacaciones, como Capri o París. También hay un paisaje de la vista exterior de una clínica suiza donde estuvo internado.

Además, hay caricaturas y retratos de personajes anónimos. Algunos están acompañados de textos cortos, como los de “Prosas apátridas”. A los otros “queremos añadirles textos inéditos o ya escritos sobre el arte, sobre la vida”, acota el hijo.

Cartas y diarios

En el caso de las cartas del escritor, el biógrafo sostiene que está en marcha con miras al 2019 publicar la correspondencia completa que tuvo con su hermano, Juan Antonio Ribeyro.

Por el contrario, Ribeyro Cordero prefiere ser cauto con esa iniciativa y aclara que es más probable que se conozca la relación epistolar que su padre tuvo con el investigador Wolfgang Luchting y el autor Luis Loayza.

En tanto, se prevé que uno de los libros más esperados por sus lectores, el resto del diario personal del autor, “La tentación del fracaso”, todavía no será público.

Ribeyro anunció que iban a ser 12 tomos. En vida solo se publicaron tres, hasta el año 1975”, indica Coaguila.

“Estamos en medio de una gestión para recuperar esos diarios”, señala Ribeyro Cordero. “Ahora no están en nuestra posesión”, agrega, a la vez que prefiere no ahondar en detalles.

Lo que sí está en su poder, dice, son papeles sueltos en los que el “Flaco” anotaba frases o inicios de cuentos.

Relata que hace poco su madre encontró de casualidad cinco aforismos en el archivo. Uno de ellos decía: “La locura, una manera muy violenta de no aburrirse”.

A casi 25 años de su muerte, hay material inédito para seguir leyendo y comentando a Ribeyro. A esperar.

DIXIT

Julio Ramón Ribeyro Escritor, dramaturgo

“El gran error de la naturaleza humana es adaptarse. La verdadera felicidad está construida por un perpetuo estado de iniciación, de entusiasmo constante”.