Gustavo Picciafuoco (Foto:USI)
Gustavo Picciafuoco (Foto:USI)

Su historia con la marca de autos Ford no comienza desde 1994, cuando ingresó a trabajar en la empresa, sino desde muy chico. Gustavo Picciafuoco, actual gerente general de Ford Perú, tenía 13 años cuando empezó a estudiar la secundaria en el Escuela Técnica Henry Ford, en Argentina. El colegio secundario, situado dentro de la planta de Ford, hizo que Picciafuoco reafirmara su afición por los motores, heredada de su padre.

Una vez que egresa, ¿se imaginaba que seguiría trabajando con esta empresa?
Egresé en 1993 y, a la par que estudiaba la carrera de Ingenería Industrial, ingresé a trabajar para esta compañía. A finales del 2013, llegué a Lima con la misión de tomar las riendas aquí.

¿Cómo renovar la pasión por una empresa en la que ha pasado la mayor parte de su vida?
Es más fácil cuando uno trabaja en lo que le gusta. Me encantan los motores y los autos. Cuando uno pone pasión, siente el orgullo y la satisfacción de los logros. Pero también es ir un poco más allá con la gente.

¿Cómo?
Con el equipo, uno tiene que buscar la manera de motivarse con lo que hace. Siempre me pregunto: ¿de qué manera podemos sentirnos más orgullosos en lo que hacemos? Eso es lo que mantiene la llama encendida al levantarse todos los días. Es querer crecer y hacer crecer a la empresa.

¿Cuántas personas tiene a su cargo?
En las oficinas somos 30 personas. Sin embargo, este negocio tiene una influencia grande, con muchos socios estratégicos, como operadores logísticos.

¿Cómo definiría su estilo de liderazgo?
Me considero una persona carismática que busca entender, argumentar y razonar. Esa es la razón por la que me gusta pedir feedback en las evaluaciones laborales. Siempre pregunto a mis colaboradores qué les parece que hago bien y qué debería cambiar.

¿Y cuáles son sus fortalezas?
Hay estudios que le permiten saber a uno su perfil como profesional. Cuando los he hecho, me ha salido que soy una persona que tiene un liderazgo natural. Pero eso hay que desarrollarlo poco a poco. Un buen liderazgo ayuda a convencer a los equipos. Una cosa es gerenciar, donde uno es una autoridad y da una orden, y otra cosa muy distinta es que todo el equipo vaya detrás de una causa y crea en ella.

¿Qué tan difícil ha sido esa tarea desde que empezó a trabajar en Lima?
Ese trabajo es bastante fácil en el Perú, porque toda la gente que vino confiaba en el proyecto. Eran personas que dejaban compañías que estaban rodando, con experiencia, para formar parte de un proyecto nuevo. Eso hizo que tengamos un equipo muy motivado que tiene un compromiso increíble.

En una entrevista con Gestión, reveló que maneja un Mustang.
¿Continúa con el mismo auto?
He tenido tres Mustang en mi vida, pero este año ya no. Ahora manejo una SUV, que son parte del ADN de Ford, como las pick-ups.

¿En qué se parecen conducir y gestionar una empresa?
La interacción podría ser una de esas semejanzas. Cuando uno conduce, tiene que poner de su parte para que todo fluya. Además, gestionar y conducir un auto requieren de responsabilidad y capacidad de anticipación. Uno tiene que ir mirando más allá. Cuando estás a cargo de una empresa tienes que estar al tanto de los pasos que sigues, buscando las estrategias y, sobre todo, confiar la operación al equipo.

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