André Agurto
Desde hace poco más de un año, el coronavirus ha hecho que la mayoría de los eventos a los que asistimos en la actualidad sean virtuales. Conferencias, seminarios, agasajos corporativos, cumpleaños y matrimonios se desarrollan a través de una pantalla.
Por eso, el sector de producción de eventos es uno de tantos que se ha visto seriamente afectado por la pandemia. “Es además como un efecto dominó, pues nosotros trabajamos en conjunto con catering, luces, toldos, licores, entre otros, que también han dejado de trabajar”, se lamenta Arturo de Noriega, fundador de La Fete Event Planning.
El escenario virtual
En los encuentros vía plataformas digitales, los más solicitados son los corporativos y luego los cumpleaños, según De Noriega. Según el presupuesto del anfitrión, los participantes reciben un kit que puede contener una bebida (puede ir desde una botella de vino hasta una de gin, por ejemplo), comida (desde quesos hasta charcutería), vasos (de plástico o de vidrio), o incluso música en un USB, si es que el evento no cuenta con una agrupación en vivo. Todo ello, además, se puede personalizar con los nombres de la empresa, del anfitrión o de cada participante.
“Un evento virtual cuesta desde los US$ 800 a US$ 1,000 para 20 o 30 personas, aproximadamente”, comenta De Noriega. “También hay de los que cuestan US$ 5,000 y llegan hasta US$ 10,000. Todo dependerá del organizador, si quiere un moderador, un grupo en vivo, entre otros detalles”, agrega el productor.
Matrimonios híbridos
El caso de los matrimonios es distinto. “La gente no deja de casarse, así haya una pandemia”, dice Nicole Calmet, fundadora de The Event Planner.
“Antes de la pandemia, el presupuesto para un matrimonio podía estar entre los US$ 30 y los US$ 300 por invitado, aunque una boda promedio podía estar entre los US$ 50 y US$ 60 por persona”, indica. Ahora, con el tema virtual, estos precios han descendido hasta los US$ 12 y US$ 15 por cada participante.
Con el relajo de las restricciones, hay bodas que se realizan de forma presencial y virtual, de acuerdo con la productora. “Papás, hermanos y padrinos de los novios están presentes. El resto de los invitados, vía Zoom”, cuenta.
“Hay quienes tenían un presupuesto alto para ese día y ahora, al realizarse el casamiento en un lugar más pequeño y con menos gente, pueden pagar ciertas cosas para los invitados virtuales. Pero también hay costos que antes se ‘diluían’ entre 200 o 300 personas. Por ejemplo, un DJ”, detalla Calmet.
Asimismo, Calmet comenta que otro tema importante en los matrimonios son las pruebas moleculares para los invitados. “Con tres días de anticipación los llamamos y les pedimos que mantengan una cuarentena absoluta y, un día antes del evento, contratamos a un laboratorio para que les haga pruebas a todos. Eso es algo que implica bastante inversión por parte de los novios, pero es algo que les da más seguridad para realizar el evento”, explica.