Los investigadores científicos buscan materiales que sirvan para fabricar baterías de autos, pero que no sean complejos de extraer y procesar, o que no presenten problemas de seguridad.
El equipo de la Universidad de Córdoba, que trabaja en este proyecto, explora las capacidades del calcio como componente de las baterías de los vehículos eléctricos.
Inconvenientes
Según el portal Motorpasión, la investigación aún necesita tiempo para desarrollarse.
“Hemos dado un gran paso al comprobar que el calcio podría funcionar en una batería recargable, pero la recarga aún no es suficientemente eficiente”, asegura la vocera de la universidad.
Para que estas baterías de calcio puedan ser efectivas y, por tanto comercializarse, se debe mejorar la composición de la disolución electrolítica.
“Además de más abundante, el calcio es más seguro que el litio. Y las baterías de calcio podrían tener más capacidad”, comenta el portal.
Otras opciones
La previsión de cara al 2040 es que se vendan cerca de 60 millones de vehículos eléctricos, lo que equivale al 55% del mercado mundial de vehículos ligeros. Esto supone la necesidad de mucha materia prima.
Se evalúa que también podrían hacerse baterías “post-litio” de sodio, magnesio o aluminio.
La investigación más avanzada se ha dado en relación al sodio. Por ejemplo, en la Universidad de Stanford se creó una batería con este material que puede ofrecer un almacenamiento mucho más rentable que el litio y que supone una reducción de costes de un 80% o alrededor de US$ 150 por tonelada, respecto a una batería de litio.
El Dato
Escenario. Los precios del litio se han desplomado. Según Bloomberg, en el 2010 el precio medio se situaba en los US$ 1,000 por kWh; a finales de 2017 esa cifra cayó hasta los US$ 209. Además, su densidad de energía ha mejorado del 5% al 7% por año.