Ver a una persona con audífonos inalámbricos puede detonar diversas preguntas. ¿Está escuchando música? ¿Está en medio de una llamada? ¿O simplemente no quiere ser interrumpido?
Ver a una persona con audífonos inalámbricos puede detonar diversas preguntas. ¿Está escuchando música? ¿Está en medio de una llamada? ¿O simplemente no quiere ser interrumpido?

Si usted tiene menos de 40 años, tal vez nunca haya disfrutado la experiencia de tener paredes en su centro de trabajo. Y es que érase una vez que las oficinas tenían separaciones, usualmente de drywall y pintadas de un color neutral, que ofrecían privacidad a los trabajadores.

Luego llegaron los cubículos. Pero no duraron mucho tiempo. Pasaron algunos años y a finales de la década del 90 se instaló la tendencia de las oficinas abiertas, de acuerdo a The Atlantic. Este nuevo tipo de espacio laboral se ha quedado con nosotros gracias (¿o por culpa?) del boom tecnológico que comenzó en Silicon Valley.

Según los diseñadores, separar a los colaboradores desperdiciaba espacio (y, por ende, dinero) y mantenerlos a distancia era negativo para el trabajo en equipo. A finales del 2017, una encuesta reveló que el 68% de oficinas en Estados Unidos tenían poca o ninguna separación.

¿La solución?
Ahora que las “oficinas abiertas” son la norma y no la excepción, sus limitaciones comienzan a hacerse visibles. Según una investigación, remover las separaciones (paredes o cubículos) del espacio laboral es contraproducente para el trabajo colaborativo y la productividad.

Pero siempre hay una salida y a veces es más simple de la que imaginamos. Para encontrar un poco de privacidad, millones de trabajadores en el mundo han optado por una simple solución: los audífonos.

De acuerdo al portal The Atlantic, la llegada de estos dispositivos ha cambiado las reglas de etiqueta y buenos modales en el trabajo, a la vez que ha creado nuevos problemas.

El impacto de Apple
Hasta antes del 2016, lo normal era tener audífonos grandes, pesados y con un cable extenso que permitiera movernos y continuar con nuestras labores con pocos o mínimos problemas (como las veces en que uno se levantaba y olvidaba que desconectarlos).

Pero desde hace tres años, Apple lanzó al mercado los Airpods. Son inalámbricos, son pequeños y puedes moverte a cualquier lugar de la oficina con ellos. A raíz de ese invento, muchas marcas han creado los suyos con las mismas características. Si hablamos solo de los AirPods, en el mundo ya se han vendido más de 10 millones de estos aparatos electrónicos.

Los audífonos sirven para diversos propósitos. Uno de ellos, por ejemplo, es evitar que la constante interacción social con otros colegas. De acuerdo a Ethan Bernstein, catedrático de Harvard Business School, es normal que esto suceda. En un estudio elaborado por Bernstein, se descubrió que los espacios abiertos de trabajo disminuyen la interacción entre trabajadores hasta en un 70%. La proliferación de estos dispositivos podría hacer crecer esa cifra.

Ver a una persona con audífonos inalámbricos puede detonar diversas preguntas. ¿Está escuchando música? ¿Está en medio de una llamada? ¿O simplemente no quiere ser interrumpido? “De vez en cuando, finjo que los tengo encendidos solo para escuchar a escondidas lo que otros están diciendo”, admite una persona en el estudio de Bernstein.

Según la psicóloga Sally Augustin, las oficinas del presente ignoran elementos esenciales de cómo funciona la mente humana. “Nos motivamos al estar cerca de otras personas, por lo que el centro de trabajo siempre hay esa fuerza que te da energía”, explica. Sin embargo, también indica que hay ciertas tareas de corte intelectual que no necesita de un ambiente tan dinámico ni energizante como el de las oficinas abiertas.

Finalmente, la buena noticia es que la tendencia de los espacios laborales abiertos está empezado a cambiar. Ahora lo ideal es tener un centro de trabajo con diversos tipos de espacios que favorezcan la privacidad y la motivación de los