Giovani Alarcón
La pandemia por el COVID-19 ha hecho que la Escuela de Bellas Artes deba adecuarse a los nuevos tiempos. Pero, si se trata de cursos prácticos y manuales, ¿cómo se impulsa ello con la tecnología?
La escuela inició su ciclo a inicios de mayo. Las clases se retrasaron un mes por la pandemia, pero hoy están encaminadas las cinco carreras: pintura, escultura, grabado, conservación y restauración, y educación artística.
El reto incidía en involucrar a los equipos, las herramientas y modelos, sin que se pierda la identidad de la práctica. Para ello, se crearon correos electrónicos –que no existían antes- y se implementó la herramienta Google Classroom.
“Había mucha desconfianza respecto a que se lleve un ciclo de manera virtual, pero capacitamos a los profesores, quienes se mostraron muy flexibles”, dijo a Gestión Carlos Valdez, director general desde el 2015 de la escuela.
Procesos
Los alumnos deben utilizar una serie de recursos para los procesos creativos. Y ante la inoperatividad de tiendas especializadas los alumnos tuvieron que trabajar en soluciones.
“Los alumnos recurrieron a materiales alternativos como usar chicha morada, té, témperas escolares, o cualquier material disponible. En escultura, cualquier masa casera se ha usado también”, explicó.
Asimismo, Carlos Valdez destacó que actualmente se cuenta con artistas investigadores y han implementado una herramienta para ello donde se consigna documentación de los procesos.
Retos
En paralelo, el directivo reconoció que un problema vigente es el de la conectividad, tanto para los alumnos como para los profesores. Sin embargo, la escuela ha entregado equipos para los profesores y los alumnos para enfrentar la situación.
Cerca del 10% de estudiantes se retiraron por la pandemia, por lo que ahora se cuenta con 380 alumnos. Asimismo, Valdez aseguró que en los últimos años se ha generado una mayor inserción de los egresados a la vida profesional. Esto debido al grado universitario que le fue otorgado en 2010 a la escuela.
Por ahora, el objetivo es presentar propuestas al Ministerio de Cultura para generar muralismo, talleres en espacios públicos y otras actividades con motivo del bicentenario.
“Muchas instituciones pueden apostar por revalorar sus edificios, por ejemplo, para lo cual la escuela tiene egresados en conservación y restauración”, señaló.
“Estamos por actualizar el plan de estudios y estamos haciendo un estudio de los egresados para ver cómo va su inserción laboral. Estamos recogiendo información para ver si quedan los cursos virtuales, pero mucho de esto va a quedar”, anticipó.