El equipamiento de los futbolistas

Desde el nacimiento del fútbol moderno en la década de 1860, el equipamiento utilizado ha ido evolucionando.

Las primeras botas de fútbol aparecen en 1526 en el armario del rey de Inglaterra Enrique VIII: eran de cuero grueso y pesado y cubrían los tobillos.

En el siglo XIX, los futbolistas todavía jugaban con botas de trabajo muy pesadas, con cordones largos y punteras de acero. Se agregaron tacos de metal a las suelas para proporcionar un mejor agarre en superficies resbaladizas.

En 1925 aparecieron los primeros tacos intercambiables. Los zapatos de hoy en día son significativamente más livianos, con poco más de 150 gramos.

Los pantalones cortos reemplazaron a los bombachos y a los largos, luego de que las regulaciones que obligaban a los jugadores a cubrirse las rodillas se flexibilizaran en 1904.

Las camisetas de los jugadores eran originalmente prendas sin cuello conocidas como jerseys y a mediados del siglo XIX los equipos comenzaron a adoptar diferentes colores.

En 1909, se ordenó a los porteros que usaran camisetas diferentes para distinguirlos de los demás jugadores.

En la Copa Mundial de 1954, los futbolistas usaron por primera vez números fijos durante la competencia.

En las décadas de 1960 y 1970 se produjeron los primeros intentos de comercialización de los uniformes.

Para los años 80, la venta de réplicas y los contratos para la inclusión de logotipos de patrocinadores eran ya una práctica aceptada. En 2002, la publicidad se limita a las camisetas de los jugadores.

Finalmente, los últimos componentes clave del uniforme son los calcetines hasta la rodilla y las espinilleras, obligatorios desde los años noventa.