Feria Internacional de Arte contemporáneo ARCO de Madrid (Foto: EFE)
Feria Internacional de Arte contemporáneo ARCO de Madrid (Foto: EFE)

El arte contemporáneo latinoamericano quiere salir del museo y plantarse en la calle, quiere que las obras sean parte del urbanismo de las ciudades y que los habitantes de las mismas metan también sus manos en el proceso de creación para que no les sean ajenas.

Es el mensaje del proyecto sociocultural cubano Dedelmu, Detrás del Muro, que expone estos días en la feria de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO), pero también de una región que no quiere, ni puede, escapar de su situación social, política y económica, y que quiere quitarse de encima el adjetivo “elitista” que en muchas ocasiones acompaña al arte contemporáneo.

“Había que hacer algo para alimentar el espíritu de la gente más humilde, que es la que no va al museo, a la galería y la que sabe menos de arte y la experiencia ha sido muy exitosa”, cuenta a Efe Juanito Delgado, director de Detrás del Muro.

Según narra, tras tres ediciones del proyecto que trabaja de forma muy directa con la Bienal de La Habana, se dan situaciones bien distintas a las que sucedían antes: “la gente te agradece, te pregunta cuando es la Bienal, cuando es Detrás del Muro... ha sido una experiencia hermosa, toda la comunicación entre el artista, la obra y el público”, prosigue.

EL ARTE Y LA SOCIEDAD, INSEPARABLES EN AMÉRICA LATINA

América Latina, una región de más de 40 países, muchos de ellos en forma de isla, no puede definirse como una unidad indisoluble y uniforme, pero que como una ristra de Estados que desde hace décadas comparten ciclos sociales y políticos, ideologías y costumbres, tendencias y problemáticas.

Así, el arte contemporáneo latinoamericano encuentra en esa idiosincrasia un camino para expresarse y una forma de contribuir al progreso de una región siempre a las puertas del éxito.

“Yo lo veo en Cuba pero también en otros sitios de América Latina, donde hay mucho interés en tener un contacto directo con la gente de la calle, con el público, en el metro, en los lugares donde hay más concentración de gente y con todos los estratos sociales”, apunta a Efe el artista Elio Jesús Fonseca.

Un aspecto positivo para Fonseca, que encuentra en ese “espacio complejo a nivel social” un “motor para el arte, mucha materia prima sobre la cual trabajar y espacios para dialogar”.

Un punto en el que coincide su compatriota Marco Castillo, quien tras 10 años de vivir en Madrid ha regresado a La Habana.

“Vivo entre Cuba y México y hay una diversidad social y política que es el alimento de mi trabajo y estética, se juntan muchas cosas, el universo artesanal de la carpintería, la tradición de trabajar ciertos materiales, la madera, los tejidos, o las fibras que se mezcla con el propio tejido de la zona”, explica.

Y es que a su parecer la historia política de la región también tiene un peso fuerte en el arte actual: “cómo la izquierda ha entrado de una manera específica y ha ido modulado la sociedad latinoamericana, pero también la derecha y las estrategias propias”.

EL MOMENTO DE LA MUJER TAMBIÉN EN EL ARTE LATINOAMERICANO

De la misma manera que los artistas no pueden despegarse de la realidad latinoamericana, tampoco las galerías quieren obviar el momento de renacimiento que está teniendo la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

Así, la galería Rolf Art de Buenos Aires (Argentina), presenta una propuesta genuinamente femenina, con cinco artistas colombianas y argentinas donde “el hilo conductor es el cuerpo como medida del tiempo, pero también de cuestiones universales como el feminismo y la cuestión de género”, cuenta e Efe su directora, Camila Knowles.

“Es premeditado, queríamos mostrar que estamos en un momento donde el feminismo y la mujer tiene un rol protagónico y es necesario para seguir evolucionando como sociedad, tenemos una necesidad de mostrar el legado de nuestras artistas latinoamericanas, pero también a nivel mundial”, matiza.

Se trata de una muestra de fotografía y videoarte realizado por mujeres de diferentes generaciones “que tuvieron un rol importante en sus periodos y en sus prácticas”.

Una de ellas, la bonaerense Silvia Rivas, presenta una propuesta dentro de su serie “Llenos de esperanza”, marcada por figuras de mujeres en una situación “que se puede interpretar como una condena” pero que sin embargo está ligado con “una condición del ser, que es la resistencia”.

“Si bien trato de buscar conceptos universales, invariablemente en 2001 en Argentina estaba explotando todo por el aire, de ninguna manera quiero estetizar las noticias ni hablar de coyunturas pero hay una forma de vivir en Latinoamérica, hay una concepción del paraíso desde afuera que es muy distinta a la de adentro, el paraíso desde adentro es inaccesible”, remacha.

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