Doris Vilela, esteticista profesional en Quantica Skin Boutique.
Doris Vilela, esteticista profesional en Quantica Skin Boutique.

A un año de la detección del primer caso de COVID 19 en territorio peruano, muchas cosas han cambiado para la población. Este nuevo escenario ha incrementado notablemente los niveles de estrés en la vida cotidiana de las personas y esto se ha visto reflejado en la salud de la piel. Doris Vilela, esteticista profesional en Quantica Skin Boutique, brinda algunos alcances al respecto.

¿Cuáles han sido las afecciones cutáneas más recurrentes en este último año y cómo se relacionan con la pandemia?

Ya sea por estrés, ansiedad, depresión o por los cambios de hábitos a los que nos hemos visto obligados, muchas personas han manifestado diversas reacciones dermatológicas como dermatitis por el uso frecuente del alcohol y acné mecánico por el uso de la mascarilla o tapabocas. El llamado “maskne”, un término reciente acuñado por la unión de las palabras “mask” + “acné”.

¿De qué se trata?

La oclusión y microclima húmedo que genera la mascarilla en la piel del rostro ha generado la aparición de acné y comedones (puntos negros) en la zona peribucal, incluso en personas que quizás nunca lo habían tenido. Asimismo, el confinamiento también fue factor determinante no solo porque incrementó el estrés y la ansiedad de las personas, sino también porque muchas de ellas tuvieron que abandonar durante meses sus tratamientos dermatológicos, exacerbando afecciones cutáneas ya existentes como rosácea, dermatitis atópica, psoriasis, entre otras.

¿Qué otros problemas cutáneos hemos enfrentado?

Se cree que el confinamiento o cuarentena, a la que ya hemos sido sometidos en dos ocasiones, podría disminuir la síntesis de vitamina D a través de la piel. Sin embargo, la exposición moderada como la que recibimos a través de las ventanas o cuando salimos a hacer las compras para la casa, suele ser suficiente. También se ha demostrado que la radiación o luz azul que emiten las pantallas de la computadora, Tablet, celular, u otros aparatos electrónicos a los que estamos expuestos con el trabajo remoto, afectan nuestra piel, deshidratándola y causando pigmentaciones oscuras en el rostro.

¿Cómo se pueden controlar, reducir o eliminar las manifestaciones de estrés en la piel?

La piel es como un reflejo de todo lo que ocurre en nuestro interior, no solo físicamente, sino también en el aspecto emocional. Mantener una limpieza adecuada es imprescindible. En caso de presentar “maskné”, una de las afecciones cutáneas más recurrentes, se debe lavar el rostro por la mañana con un jabón que ayude a purificar los poros con activos como el aceite de árbol de té o el ácido salicílico. En la noche se recomienda la doble limpieza para garantizar el ‘destaponamiento’ de los poros: primero y luego la misma limpiadora de la mañana. Los hidratantes deberán tener una textura fluida con activos antiinflamatorios como el CBD, recientemente incorporado en la cosmética, y seborreguladores como la niacinamida. Se deberá evitar el uso frecuente de maquillaje, ya que, junto con la mascarilla, este puede favorecer la obstrucción de poros y la aparición de más brotes.

¿Qué otro consejo podría dar?

Cuando estemos en casa o en algún lugar que no represente riesgo de contagio, se deberá retirar por unos minutos la mascarilla para ventilar la piel. También podemos refrescarla con toallitas húmedas sin alcohol o que contengan té verde.