Imagínese un mundo feliz, en donde se pueda tener una merienda deliciosa sin preocuparse por exceso de grasas o azúcares inútiles. Según Nielsen, el 90% de peruanos busca este lugar con locura. Y pretende pagar muy bien por el ticket.

Víctor Hugo de la Cruz, gerente general de Pickadeli, asegura que los peruanos están dispuestos a pagar hasta 50% extra por comida saludable. Y, precisamente, eso es lo que ofrece en su negocio.

Pickadeli es un fast food que pretende eliminar la ecuación comida rápida es igual a comida chatarra. Su objetivo es atender una necesidad enorme del mercado en un nicho que crece al doble de velocidad que su competencia grasosa.

De la Cruz calcula que el sector saludable, en general, creció 6% en el último año, y en el rubro de restaurantes, el crecimiento se amplía a 9%. Comparándolo con la oferta de pollos a la brasa que creció solo 3%, se observa una clara tendencia fitness.

El mercado aún es pequeño, pero existe y crece rápido. El ejecutivo estima que entre este y el próximo año abrirán dos nuevos locales, adicionales a Pickadeli Miraflores y San Isidro, enfocados netamente en el sector empresarial. Su objetivo es convertirse en una franquicia.

Con una inversión de US$ 120,000 por local, Pickadeli ofrece una experiencia que Víctor Hugo califica como una oportunidad para limpiar el alma.

Su función es liberar del estrés diario a los ejecutivos que buscan una alternativa saludable a la hora del almuerzo. Entre la carta de Pickadeli encontramos desde empanadas hasta frappés netamente orgánicos.

Pero el hit del restaurante es el salad bar: una suerte de buffet en donde el comensal puede armar su ensalada preferida con los ingredientes de su elección.

El secreto de su menú se encuentra en la cocina. El fast food utiliza el método de cocción al vacío, una técnica francesa que evita la pérdida de tamaño de la carne, evita que pierda nutrientes, no usa aceite, y elimina toda contaminación bacterial posible.

El detalle es que con esta técnica, la comida tarda bastante antes de estar lista. Pero este proceso permite que los platos duren mucho más mientras permanezcan refrigerados.

Desde su almacén en Barranco, Pickadeli alimenta a sus dos locales para satisfacer a los 350 clientes que los visitan diariamente. Clientes que, asegura De la Cruz, los ayudarán a cumplir su proyección de S/ 1.8 millones de facturación en 2017.