(Foto: GEC)
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Purificadores portátiles, generadores de agua potable a través del aire y sistemas hidráulicos de bajo coste son algunas de las soluciones propuestas por los diez finalistas dados a conocer este viernes del "Softys Water Challenge", un concurso que busca financiar iniciativas que doten de acceso al agua a comunidades vulnerables de América Latina.

La primera edición del certamen, organizado por la compañía internacional de productos higiénicos y sanitarios Softys, parte del grupo de empresas CMPC, entra en su última fase y se prepara para dar a conocer el próximo 20 de agosto a los tres ganadores, de los que el primero recibirá financiación para ver hecho realidad su proyecto.

La iniciativa ha sido posible gracias a la participación de la Fundación Amulén y el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini de la Universidad Católica de Chile, quienes han acompañado a los 20 postulantes que superaron el primer corte durante los últimos meses en su “proceso de aceleración”, que conlleva el apoyo en gestiones técnicas, financieras y regulatorias.

Entre los finalistas se encuentran propuestas provenientes de nueve países, con diferentes aproximaciones a un mismo problema: la falta de acceso al agua en una región donde más de 37 millones de personas no disponen de este bien indispensable, aún más fundamental ahora para frenar el avance del COVID-19.

“Esta iniciativa conecta con potenciar el desarrollo de las comunidades locales, pilar fundamental de nuestro Plan de Sostenibilidad 2020-2023, que se enmarca en la Estrategia de Sostenibilidad Corporativa de Empresas CMPC”, dijo la subgerenta de sostenibilidad regional de Softys, María José Ochagavía.

-Purificadores de agua: devolviendo el agua a la vida-

Varios proyectos a concurso incluyen el uso de purificadores, de distinto tamaño y funcionamiento.

Este es el caso de SolarAQ (Bélgica), un purificador compacto que puede ser configurado en tan solo dos horas y que es capaz de producir hasta 30 metros cúbicos de agua al día de cualquier fuente superficial, de pozo o de lluvia, mediante energías renovables.

La mexicana Cavoxd busca tratar las aguas residuales sin la utilización de químicos, sirviéndose de reactores que, mediante el uso de energía mecánica y eléctrica, separan sólidos y eliminan grasas, aceites, olores y bacterias para devolver el agua resultante a un estado casi potable.

PWTech (Brasil), propone, en cambio, un sistema portátil y ligero para purificar agua contaminada en ríos, lagunas o pozos. Puede ser alimentado por generadores eólicos o placas fotovoltaicas y es capaz de producir unos 5,000 litros de agua al día, lo que supone abastecer a cerca de 150 personas.

Por último, Remote Waters (Chile) plantea la solución a escala de la purificación del agua de mar o contaminada mediante la instalación de un contenedor provisto de tecnología de membranas y energizado por paneles solares, con una capacidad de producción de hasta 1,000 litros por hora, lo que se traduce en abastecimiento para entre 40 y 100 casas, y entre 160 y 400 personas.

-El camino hasta saciar la sed-

Muchas comunidades de la región disponen de fuentes naturales de agua, pero deben emplear grandes espacios de tiempo y esfuerzo para transportarla hasta sus hogares, por lo que otros proyectos se centran en mejorar o crear estas infraestructuras.

La solución filipina AIDFI, por ejemplo, se sirve de una bomba hidráulica de pistón para transportar agua mediante un sistema de bajo coste, que resulta, según sus creadores, un 90% menor que otras soluciones de resultados similares.

Por otro lado, la iniciativa africana Water Access Rwanda es capaz de crear una red de agua potable segura desde los pozos o las fuentes naturales cercanas hasta los hogares gracias a la utilización de tuberías con microrejillas, a lo que se suma un sistema de tratamiento alimentado en por energía solar.

-Bebiendo directamente de las nubes-

El último grupo de iniciativas va aún más allá, al plantearse soluciones para la generación de agua potable directamente desde el aprovechamiento de la lluvia hasta la condensación del vapor de agua en la atmósfera.

La primera de ellas es la peruana YAWA, un proyecto que utiliza una turbina eólica multifuncional para sacar provecho de la humedad atmosférica y transformarla en agua potable, tecnología que puede ser implementada para mejorar el día a día de comunidades tanto para el consumo como para el regadío de proyectos de agricultura.

El proyecto mexicano Isla Urbana se sirve de sistemas de captación de agua de lluvia de diferentes proporciones según las necesidades, los cuales son capaces de proveer a familias de reservas de agua que pueden durar desde meses hasta un año completo, permitiendo reducir también la presión sobre las fuentes naturales del entorno.

Y por último, Watergen (Israel) busca también generar agua potable con un sistema de condensación parecido al que utilizan el aire acondicionado, capaz de generar hasta 900 litros diarios en contextos de alta humedad y temperatura.

-Compromiso medioambiental-

El proyecto que Softys Water Challenge elija como ganador recibirá como premio una orden de compra de la compañía para implementar en los meses siguientes su iniciativa en una comunidad situada idealmente cerca de una de las instalaciones de la empresa CMPC.

Con esto, tanto Softys como su matriz, CMPC, toman acción en la senda de la estrategia de sustentabilidad que ambos suscribieron a finales del 2019, alineada con los objetivos de la Agenda 2030 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (DOS) de las Naciones Unidas.

“Desde Softys buscamos contribuir a los compromisos sostenibles de Empresas CMPC, con una reducción de un 40% en nuestro uso de agua industrial al 2025. En la misma línea, el Softys Water Challenge es una acción concreta, con foco en acceso a agua, de cara a las comunidades más carentes de este recurso en Latinoamérica”, explicó Ochagavía.

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