Redacción Gestión

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Cinco "tricas" en Ingeniería Industrial cambiaron el rumbo de Diego Muñoz hace 19 años. Cansado de repasar fórmulas y hacer cálculos, abandonó esa carrera y dio rienda suelta a su pasión: la cocina, con la que inició una larga vida de nómada.

A los 21 años viajó a Canadá a estudiar gastronomía. De inmediato ocupó el primer lugar en su escuela. "Ingresé y no paré. Me comí los libros. Cambié el chip. Descubrí que uno tiene que hacer lo que realmente le gusta".

Su primer plato (y examen final) fue una especie de guiso de cordero que, pese a su corta experiencia en la cocina, le "salió bien". Diego no tuvo familiares que le enseñaran recetas o abuelas que revelen secretos culinarios ocultos durante generaciones. Lo suyo fue empírico.

"Cuando era joven, paraba montando skate con mis amigos. No era de los que estaba en la cocina. En mi casa nadie cocinaba, pero yo trataba de preparar algunas cosas guiándome de libros".

Tras su debut en la cocina en Canadá, Diego enrumbó a París, donde terminó de estudiar gastronomía. Y tiempo después, viajó a Australia. Era un nómada en busca de nuevas experiencias.

Repatriación

Su papel de trotamundos se pausó en el 2012. Entonces, Gastón Acurio le ofreció ser el chef principal de Astrid & Gastón. Primero en Cantuarias y después lo reafirmó en la Casa Moreyra.

Luego encontró una oportunidad para despegar a nivel personal y ser su propio jefe, así que en enero de este año, renunció. "Necesitaba hacer cosas alternativas después de haber cocinado a nivel ultraprofesional por unos trece años".

Así retomó su pasión por los viajes. Pero, esta vez, lo hizo de manera profesional, en busca de más sabores: "Este año comencé las exploraciones gastronómicas. Empecé a cocinar en varios países para retomar la pasión".

Con una colección de cuchillos y ajíes en pasta, y ayudado por un agente, Diego emprendió el rumbo por Europa en febrero: cocinó en siete destinos en diez semanas.

En setiembre, recorrerá restaurantes de América. Y en noviembre, lo repetirá en Asia. Recuerda esos proyectos y reafirma su situación: "Soy totalmente nómada".

Los otros proyectos

Diego ha cumplido sus sueños poco antes de pisar la cuarta base: en marzo abrió el restaurante bistró 11 11 en Miami – "una cocina honesta con productos sostenibles" – y pronto inaugurará otro que no contará con cocinas ni campanas.

"Ahí se servirán ostras, cebiches, tiraditos y chalacas. Así se mantendrá".Ambos proyectos se le presentaron tras retomar el contacto con un amigo de la infancia. Y, en paralelo, jugó la necesidad de estar cerca a sus padres, que residen en Estados Unidos desde hace diez años.

Hoy, Diego salta de Miami a Lima por trabajo, y de uno a otro continente por pasión. Pero, como todo nómada, pronto necesitará descansar y asentarse en un solo lugar. Ocurrirá en diciembre, cuando vuelva a establecerse en Perú.

En corto

Planes a futuro. Diego Muñoz viene trabajando el proyecto de un restaurante de sándwiches, al que llamará Avenida Perú: "Queremos lograr una marca global que inicie en Lima". Además, en el 2017, el chef trabajará en la producción de quesos y podría abrir un restaurante en los exteriores de Lima.