Redacción Gestión

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El sueño de miles de fanáticos peruanos está a punto de hacerse realidad: pisará suelo limeño el 6 de marzo para deleitar a cerca de 60,000 en el Estadio Monumental.

, CEO de Kandavu Producciones, es el máximo responsable de la llegada de la banda británica a Lima, y la ansiedad se ha apoderado tanto de él como de su equipo.

Falta poco más de dos semanas para el gran día. Y solo quedan algunos ajustes. Sobre su escritorio se posa una taza decorada con la característica lengua de la legendaria agrupación, una laptop y un smartphone a los cuales no puede mantenerse indiferente durante mucho tiempo.

González reconoce: "Solo vamos a estar tranquilos hasta que haya salido la última persona del estadio". Y es que estos meses han sido agitados. La diferencia horaria con Londres es de ocho horas y ha tenido que modificar sus horas de sueño para hacer seguimiento a todos los detalles. Aunque ahora que la banda está en Sudamérica solo debe lidiar con un par de horas de diferencia como máximo, la adrenalina no lo abandona. "Este es un proyecto muy ambicioso".

Punto de partidaEl contacto, según cuenta, comenzó a través del responsable de la gira sudamericana ("buscamos una sociedad y llegamos a un acuerdo") a lo que siguió "un proceso tedioso", sobre todo, porque en su momento surgieron dudas sobre si los británicos arribarían a la región. ¿Pero acaso pensó en retroceder? González asiente. Pues la idea de traer a los Stones la concibió hace tres años y definirlo todo tomó más tiempo de lo esperado.

Así, antes de cerrar cualquier trato, además de la relación que había con los responsables de la gira sudamericana, representantes de la banda británica evaluaron la trayectoria de la productora () para luego calificar los espacios disponibles para el concierto. "Ellos (la banda) eligieron el Estadio. Los Stones deci den todo lo que sucede en el concierto: precio, capacidad, zonas. Nosotros solo ejecutamos su voluntad".

Y, en ese escenario, González aclara: Los Stones tienen un manager para cada uno, además del de la banda, es un mundo diferente. "Normalmente, cuando cierras con un artista, te envían las condiciones y de ahí aceptas el negocio, acá es al revés". Así fue. El rider (condiciones, necesidades y tiempos para la preparación del espectáculo) se extendió a lo largo de 180 páginas. Pues las condiciones de los Stones solo se ejecutan.

Y aunque se trate de una banda legendaria, González reconoce que el proyecto no está exento de riesgos. "El negocio es al 92.5 para ellos, 7.5 para nosotros. Es un negocio paupérrimo, pero nos proyectamos a futuro. Es la experiencia de traer a los Stones".