Redacción Gestión

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Los deportes no solo son pasión del pueblo. Los hombres más ricos del planeta también disfrutan de estos con el mismo entusiasmo con el que lo vive el más común de los hinchas.

Uno de ellos es el magnate mexicano Carlos Slim, amante del béisbol y quien es capaz de memorizar los promedios de bateo y picheo de los deportistas más destacados de esa disciplina.

"Yo tenía un primo mayor que nos llevaba al béisbol desde muy chicos y me tocó la época de oro del béisbol mexicano", expresa Slim en una entrevista que reproduce CNN Expansión.

Además del béisbol, Slim es fanático del automovilismo, actividad que comparte con su primogénito, Carlos Slim. Es más, la familia cuenta con su propia escudería: Telmex.

Y es que los negocios no lo son todo para el considerado por la revista Forbes como el hombre más acaudalado del mundo. El amor por los deportes y una vida sana también son su prioridad.

Esto se refleja en los millones de dólares destinados a la acción social que todos los años otorgan las fundaciones del Grupo Carso, propiedad de Slim.

Otra de las pasiones del multimillonario es el arte. Su familia posee una de las colecciones de privadas más importantes del mundo. Carlos Slim comparte esta actividad con su hija Soumaya Slim.

Algunas de las piezas de la colección de Slim se encuentran en el Museo Soumaya, ubicado en Ciudad de México, el cual construyó en honor a su difunta esposa en un espacio de 17,000 metros cuadrados y con un valor de 800 millones de dólares.