Siempre conectado

Los teléfonos son hoy en día parte imprescindible en la vida de las personas que siempre buscan estar al tanto sobre alguna novedad. Sin embargo, navegar durante horas en la red móvil puede resultar perjudicial y ser un elemento de adicción.

El apego de una persona hacia su teléfono se explica por el rechazo al aburrimiento así como por la curiosidad innata del ser humano, la cual es satisfecha con la constante renovación de contenidos en el teléfono.

"A la gente le encanta distraerse con algo nuevo. Somos curiosos por naturaleza y nos gusta que nos sorprenda. Los smarthpones y los nuevos medios precisamente satisfacen esa curiosidad", señala a Deutsche Welle el neurólogo alemán, Henning Beck.

No obstante, Beck apunta que pasar mucho tiempo con el teléfono causa una reducción en la capacidad de concentración, lo cual dificulta a su vez el poder discernir lo que es importante y lo que no.

"El no hacer nada encierra mucho potencial, pues solo cuando descansamos el cerebro podemos ser creativos y tener buenas ideas", manifiesta el neurólogo.

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