Redacción Gestión

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Kaláshnikov, creador del popular fusil de asalto AK-47, ha decidido probar suerte en un terreno ajeno: el de la moda. Eso porque desde el año pasado, ante una caída agresiva de sus ventas, el fabricante de armas ruso se enfrenta a un escenario oneroso, en donde surgió la necesidad de diversificarse.

Y es que a raíz de las sanciones económicas que le interpusieron Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia en 2014 en respuesta a la anexión de Moscú a Crimea, muchos ciudadanos recibieron la orden de abandonar sus negociaciones con el consorcio bélico. Situación que lo puso contra las cuerdas, ya que antes de que se dieran las sanciones, hasta el 70% de sus armas de caza y deportivas eran precisamente vendidas en esos mercados.

EstrategiaAsí, interesados en incursionar en una industria que le pudiera reportar beneficios relativamente inmediatos, ejecutivos de Kaláshnikov harán debutar la marca en un ámbito en que los fusiles le cederán protagonismo a las telas. La compañía lanzará una línea de ropa casual "estilo militar", así como accesorios en un esfuerzo de expandir su negocio tras haber perdido acceso a sus plazas clave, según el diario proKremlin Izvestia.

La estrategiaEl plan de Kaláshnikov consiste en inaugurar, al menos, 60 tiendas de ropa en distintas ciudades de Rusia para finales de año, según expresó Vladimir Dmitriev, director de Marketing de la firma al citado medio ruso.

Aunque no trascendió qué diseñador estará a cargo de crear la nueva línea Kaláshnikov, se espera que la presentación de la nueva colección ocurra durante el Segundo Foro Internacional Técnico Militar Army – 2016 a celebrarse en setiembre en Moscú. Un evento en donde el consorcio dará también a conocer la línea de armas ligeras que usarán miembros del Ministerio de Defensa y el sector civil ruso.

Experiencia ajena"No entiendo cómo es posible que no tengamos una marca de ropa y accesorios", subrayó Dmitriev, quien precisó que la decisión tuvo en cuenta la experiencia de gigantes como Caterpillar y Ferrari. "Ambas obtienen alrededor del 10% de sus beneficios gracias a su propia marca de ropa".

Sin duda se trata de una alternativa que podría generar resultados positivos, sobre todo, si como dice el consultor de marketing Nikolai Grigoriev, la línea Kaláshnikov podría aprovechar el "rápido crecimiento del patriotismo en Rusia en relación con el aspecto de la guerra".

Aunque la nueva división, prosigue Grigoriev, según la cadena BBC, solo representaría un pequeño porcentaje de la facturación total de la compañía. Aun, bajo ese panorama, Vladimir Dmitriev no pierde el entusiasmo y confía en la respuesta de los compradores.

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