Rodrigo Moreno es, ante todo, un apasionado de todo tiempo pasado. Obtuvo un doctorado en Historia, es miembro de número de la Academia Chilena, director del Departamento de Historia de la Universidad Adolfo Ibañez (Chile) y docente de posgrado en EY.

Fue allí, en las aulas, donde nació su nuevo libro: "Cristóbal Colón, el emprendedor", que cuenta la travesía del descubrimiento de América en clave de negocios. La investigación y documentación le tomó 10 años.

¿Cómo empezó su interés en Cristóbal Colón? Nace cuando era estudiante. Hice una especialidad en historia colonial y, dentro de eso, Colón es el comienzo, el primer gran capítulo.

¿Cómo fue que lo asoció a los negocios?En la universidad me vi enseñando Historia a alumnos vinculados al ámbito de los negocios. Entonces, me di cuenta que, si dictaba el curso en clave de negocios, no solo les iba a enseñar Historia, sino conocimientos que podían servirles en su campo de aprendizaje.

Según su investigación, ¿cuál fue la motivación principal de Colón? Era un hombre que quería reconocimiento social por su teoría científica, pero tenía sobre todo fines de lucro. Él quería armar una empresa en la que él fuera el líder y que le significara réditos económicos para él y para su descendencia.

¿Qué virtudes resaltan en él como emprendedor? Tuvo un análisis de entorno y un conocimiento del mercado que era envidiable. Se le ocurrió crear una empresa que tuvo como diferenciación en el mercado el hacer un viaje entre Occidente y China y Japón que durara 70 días y no un año. Esa es su idea innovadora.

¿Cómo lo logró?Utilizó todas las habilidades que tenía: construcción de redes, uso de información privilegiada, búsqueda de financiación externa, pasión para defender sus ideas, reunir adeptos y especialmente conocimiento técnico del proceso. Colón fue un experto navegante y tuvo a su alcance tecnología de punta.

Sin embargo, se dice que Colón terminó sus días empo­brecido. ¿Qué pasó? Si bien entró en crisis, fue desacreditado y muere con bastantes cuestionamientos sociales, su familia posteriormente logró superar esos embates y recuperar lo que Colón aspiraba en el ámbito socioeconómico. Su descendencia logró posicionarse muy bien en España gracias a él.

¿Cómo? Por el contrato que firmó con los reyes de España. Pidió ser virrey. Eso era un privilegio que solo lo podían conseguir los nobles. Además, fue declarado Almirante del Mar Océano, es decir, la máxima autoridad en navegación en todo el Atlántico.

¿Pidió algo más? Por supuesto. Además de eso, que aseguraba su prestigio social, pidió el 10% de todas las ganancias de las nuevas islas y tierra firme que descubriera en su viaje. Ahí te das cuenta que sigue insistiendo en el tema económico, lo cual no es malo, sino propio del emprendedor.

Entonces, ¿qué desaciertos tuvo como empresario?El problema que yo planteo en el libro es que todo emprendedor quiere ser empresario. Pero no todos estamos llamados a ser los mejores administradores de nuestras buenas ideas.

¿Por qué Colón no lo fue?Simplificó demasiado: creó la empresa, le aprobaron el proyecto, firmó el contrato, logró llegar a un lugar (no supo a cuál pero llegó), pero fue un pésimo administrador. No tenía habilidad para eso porque era un marino y lo que él quería era seguir navegando.

¿Qué personaje de la actualidad se compara a Colón?Más que un personaje con nombre y apellido, los altos directivos muchas veces tienen que entrevistar a potenciales Cristóbal Colón que tienen ideas innovadores. Eso es el pan de cada día. Lo que este libro les enseña es, como mínimo, a escucharlos.

HOJA DE VIDANombre: Rodrigo Moreno.Cargos: Profesor del Programa de Negocios en Multinacional MBA de Ernst & Young (EY), director del Departamento de Historia (Universidad Adolfo Ibáñez de Chile) y miembro de la Academia Chilena de Historia.