Redacción Gestión

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En 2014, las empresas en todo el mundo gastarán casi US$ 500,000 millones para lidiar con los problemas ocasionados por el que se instala de manera deliberada en el software pirata, específicamente US$ 127,000 millones para solucionar los y US$ 364,000 millones para resolver las violaciones de datos, según un estudio conjunto conducido por International Data Corporation (IDC) y la Universidad Nacional de Singapur (UNS).

El estudio, titulado "El vínculo entre el software pirata y las violaciones a la seguridad cibernética", también señaló que los consumidores gastarán unos US$ 25,000 millones y perderán 1,200 millones de horas este año debido a las amenazas de seguridad y a las costosas reparaciones de computadoras por malware en software pirata.

"Los delincuentes cibernéticos están obteniendo ganancias de cualquier falla de seguridad que encuentren, con resultados financieramente devastadores para todos", dijo David Finn, director ejecutivo y abogado general del Centro de Delitos Cibernéticos de Microsoft.

El estudio, publicado como parte de la campaña "Play It Safe" de , reveló que el 60% de los consumidores entrevistados afirman que el temor más grande provocado por el software infectado es la pérdida de datos, archivos o información personal, seguido por las operaciones en Internet no autorizadas (51%) y el secuestro de correo electrónico, redes sociales y cuentas de banco (50%). Sin embargo, el 43% de esos mismos consumidores no instalan actualizaciones de seguridad, con lo cual dejan sus computadoras vulnerables a los ataques de los delincuentes cibernéticos.

"Utilizar software pirata es como caminar sobre un campo minado: no sabes cuándo te sucederá algo terrible, pero si te ocurre puede ser muy destructivo", dijo John Gantz, jefe de investigaciones en IDC. "Los riesgos financieros son serios, y las posibles pérdidas podrían dejar a las empresas rentables sobre un terreno inestable. Comprar software legítimo tiene un menor costo a la larga", manifestó.

La encuesta global encuestó a 1,700 consumidores, trabajadores de TI, directores de información y funcionarios de gobierno en Alemania, Brasil, China, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Japón, México, Polonia, Reino Unido, Rusia, Singapur y Ucrania. Asimismo, analizó 203 computadoras adquiridas en once mercados alrededor del mundo.