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Valencia ya tiene una experiencia más que probada en esta cita futbolística porque desde el 2009, ésta será la tercera vez que albergue la final (la alcaldesa, Rita Barberá, también lo intentó en 2012, aunque entonces el enfrentamiento se quedó en Madrid).

Y esta experiencia es la que permite que Valencia obtenga entre US$ 10.4 y US$ 13 millones como impacto que genera el partido.

La última vez que ambos equipos se enfrentaron en en 2011, la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (Fehv) calculó en US$6.5 millones los ingresos que se generaron durante ese día y el posterior.

Además del entorno del estadio, el centro de la ciudad y la clásica zona de restaurantes del paseo marítimo fueron las zonas donde más aficionados llegaron.

"Acoger una final de este tipo siempre es positivo, pero este año además coinciden dos hechos que le dan más relevancia a la cita deportiva", asegura David Izquierdo, gerente de la Fehv. "El primero es que se enfrentan Real Madrid y FC Barcelona, con lo que eso supone de reclamo para aficionados de toda España y no sólo de sus ciudades", agrega.

Añade que el segundo es que justo coincide con la previa de Semana Santa, con lo que los hosteleros esperan que muchos visitantes prolonguen su estancia en la ciudad tras acudir al partido.

Otro de los grandes beneficiados por esta cita es el sector hotelero. A menos de una semana vista aún hay plazas hoteleras libres en la ciudad, pero sus precios no tienen nada que ver con los habituales el resto del año. Las habitaciones más económicas en hoteles de tres y cuatro estrellas rondan los US$ 260. Algunos de los más selectos ya no tienen nada libre.

Es el caso del Westin, ubicado a apenas unos metros de Mestalla y en el que se alojan habitualmente las estrellas del Real Madrid y del Barça cuando visitan Valencia. Más lejos, a orillas de la playa, el hotel Las Arenas tampoco tiene estancias para mañana y pasado.

Una gran exposiciónEl propietario de Mestalla, el , también sacará tajada pese a sus pobres resultados deportivos y recibirá algo más de US$ 1.3 millones por prestar sus instalaciones. Esta es una parte de los poco más de US$8 millones que le cuesta a la Real Federación Española de Fútbol organizar la competición, según reflejan sus cuentas anuales.

Los ingresos de las taquillas se reparten entre la Federación y los dos equipos que disputan la final. Cada afición cuenta con 19,350 billetes asignados, cuyos precios oscilan entre US$ 58 y US$ 312, con lo que la recaudación final debería estar muy cerca de los US$ 6.5 millones.

La Federación Española de Fútbol se reserva el resto de aforo del estadio para sus patrocinadores habituales y compromisos. El más representativo será Seat, que ha vuelto a renovar como sponsor principal de la final.

Algo parecido ocurre con los derechos televisivos que se reparten con los equipos. En este caso, el duelo por excelencia del fútbol español y mundial asegura unos registros espectaculares a TVE. En 2011, la final fue seguida por más de 11,46 millones de espectadores, un millón más que, por ejemplo, la celebrada el año pasado cuando Atlético de Madrid y Real Madrid pelearon por la Copa.