Redacción Gestión

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Aunque la industria cinematográfica chilena ha presentado un crecimiento significativo, el financiamiento no ha aumentado. Y es que, de acuerdo al diario chileno La Tercera, la asistencia a los filmes chilenos se mantiene baja. La taquilla, en 2012, llegó a 20 millones de personas, el pico más alto desde hace unos nueve años, eso indica que el 13% de los espectadores apostó por producciones chilenas en ese periodo.

Por su parte, a lo largo de 2012, de los más de 28 millones de boletos vendidos en las salas de cine peruanas, alrededor de 472 mil correspondieron a cintas nacionales, eso equivale a que solo 1.6% de la audiencia eligió filmes peruanos.

RentabilidadDove Simens, fundador del Hollywood Film Institute y experto en producción independiente, considera que el parece estar desperdiciándose, no porque hagan falta ideas o talento, sino porque "no hemos logrado convertirlo en un modelo de negocios".

"Aquí han estado haciendo películas que destruyen las fuentes de ingresos con estas ideas que duran dos horas y que no son 'marketeables'", apuntó. "Hay que hacer películas de 90 minutos. Y como tienes poco dinero, que sean películas de una sola locación. Hay que hacerlo simple, con historias orientadas a la actuación teatral, con personajes fuertes, historias excelentes. Eso se puede costear y puede tener ganancias".

Con respecto al caso chileno, Patricio Pereira, productor ejecutivo de Wood Producciones, cree que el cine chileno "todavía no es rentable, pero lo será cuando tengamos una distribución internacional fuerte. Hoy es uno quien pone de su capital, en efectivo, en trabajo o en infraestructura".

Ante ello, el Consejo de la Cultura, indica el ministro de Cultura de Chile, Roberto Ampuero, "ha generado herramientas para que proyectos y obras nacionales puedan penetrar en mercados internacionales, abriendo otras opciones de financiamiento y mejorando las condiciones de rentabilidad".

FinanciamientoNo hay una fórmula única para obtener financiamiento para las producciones chilenas. Una fuente son los fondos concursables. Así, el Fondo de Fomento Audiovisual, que administra el Consejo de la Cultura de Chile, entrega US$ 9 millones al año para la creación de guiones, producción, difusión y comercialización. Mientras que Corfo ha aportado US$ 14 millones en los últimos 14 años. Los subsidios son entregados mediante el Concurso Cine Corfo y el Programa de Distribución Audiovisual.

Otra opción corresponde al financiamiento privado. Generalmente, éste se obtiene para películas más comerciales, por las que empresarios y productoras están dispuestos a efectuar aportes.

La coproducción que puede efectuarse gracias a acuerdos que tiene Chile con Brasil, Argentina, Venezuela, Francia y Canadá es clave. Esta alternativa facilita a otra productora financiar un 20% del filme, pero, en algunos casos, el financimiento equivale al 30% del valor de la película.

BancoEstado apoya el cine chileno y su mecanismo consiste, explican desde La Tercera, "en un pago por cada persona que vea el logo del banco al inicio de una exhibición, tomando como base el costo por contacto efectivo promedio de un spot publicitario de 30 segundos en salas de cine".

Mientras tanto, para producir una , Dicine (antes Conacine) ofrece un fondo concursable. El premio en la categoría largometraje puede alcanzar los US$ 168.000.

Los fondos extranjeros , World Cinema Fund, Hubert Bals Fund o Cinefundation de Cannes pueden contribuir con el monto restante con el objetivo de cubrir el presupuesto fijado. El aporte oscila entre los US$ 50.000 y US$ 120.000. Y es que para colocar una cinta nacional en cartelera, es necesario contar con dos fuentes de financiamiento como mínimo.