(Bloomberg) A finales de esta semana, las autoridades del Comité Olímpico Internacional se reunirán en Suiza para sopesar los méritos de romper con la tradición y nombrar ciudades anfitrionas tanto para los Juegos Olímpicos de 2024 como para los de 2028.

El COI está evaluando las ofertas para 2024 de Los Ángeles y París, pero establecer las ciudades anfitrionas para la próxima década le daría tiempo al comité para hacer frente a la creciente crisis de confianza entre los líderes de la sociedad civil.

Las ciudades de todo el mundo han llegado a ver los Juegos Olímpicos como un elefante blanco.

En 2014, Sochi gastó una cifra récord de US$ 51,000 millones para celebrar los Juegos de Invierno, y hoy en día muchos de los sitios olímpicos de la ciudad rusa están vacíos y sin uso.

El problema es similar en Río de Janeiro, donde los organizadores de los Juegos de verano de 2016 han tenido problemas meses después de que el evento terminara, y en un momento ofrecieron a los acreedores​​acondicionadores de aire usados en lugar de efectivo.

Los nuevos posibles anfitriones son cautelosos. Budapest, Roma, Hamburgo y Boston abandonaron la contienda para los Juegos de 2024. Oslo, Cracovia, Estocolmo y St. Moritz descartaron los planes de licitación para los Juegos de Invierno de 2022, lo cual le deja al COI para elegir solo entre la ciudad kazaja de Almaty y Pekín.

El éxito de un otorgamiento conjunto para los próximos dos Juegos de verano dependerá de persuadir a París o, más probablemente, a Los Ángeles de poner sus planes en espera.

En mayo, cuando la comisión de evaluación del COI visitó Los Ángeles para examinar los lugares propuestos, el alcalde Eric Garcetti expresó estar dispuesto a esperar hasta 2028.

"Nuestro comité se fijará en eso en cualquier momento si las reglas cambian", dijo Garcetti. La aprobación de la ciudad, sugirió, dependería de que el COI contribuyera con fondos para sostener la candidatura y fomentar los deportes juveniles mientras tanto.

Sobornos y cirugíasAsegurar el apoyo de los miembros del COI también podría ser complicado. La elección de los anfitriones olímpicos es el poder más apreciado de los miembros del COI. (El voto es también algo valioso que se puede vender.

En el pasado, los miembros han tomado sobornos, incluyendo becas universitarias, cirugía estética y cientos de miles de dólares de representantes de aspirantes a anfitriones).

"Todavía tienen que resolver el asunto de la membresía", dijo el abogado canadiense y experimentado miembro del COI Richard Pound. "Y pueden decir: 'No, disculpen, pero todavía estamos pasando por el proceso que está en el estatuto y no estamos preparados para enmendar el estatuto".

Pound, uno de los fundadores de la Agencia Mundial Antidopaje, fue un abierto crítico de la decisión del consejo ejecutivo del COI de no suspender a toda la delegación rusa de los Juegos de 2016 en Río luego de las revelaciones del dopaje generalizado en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi.

"A muchos de nosotros nos están preguntando en nuestros propios países qué diablos está haciendo el COI y no lo sabemos; esa no es una buena situación", dijo Pound.

Según el estatuto del COI, la elección de Los Ángeles o París se debe decidir por votación secreta durante una sesión de septiembre en Lima, Perú, y debe votar un mínimo de 88 de los 95 miembros. (Los representantes de Estados Unidos y Francia no votan).