Redacción Gestión

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Un estudio de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) estableció que en Latinoamérica existe una alta tendencia al sedentarismo, y los mayores niveles se ven en Chile donde el 88.8% de los hombres y el 93.3% de las mujeres pueden ser catalogadas como sedentarias

El estudio fue realizado por Francesc Llorens, profesor de la VIU, para analizar, por un lado, cómo los diferentes esfuerzos físicos repercuten en el normal funcionamiento atencional y en el procesamiento de la información visual y, por el otro, para conocer si la práctica regular de actividad física afecta positivamente al rendimiento académico y a la salud mental.

De esta manera, el trabajo recoge que en Latinoamérica se observan cifras "bastante preocupantes relacionadas con la práctica de algún tipo de deporte entre la población adulta", ya que hay países como Chile en los que apenas el 10% de la población declara ser "físicamente activa".

Mientras que en países como Argentina se ha observado que aproximadamente el 67% de la población no realiza ninguna actividad física de forma constante, ya que el 60% de los hombres y el 75% de las mujeres de entre 25 y 70 años no practica ningún tipo de deporte.

El estudio también ahonda en los peligros derivados del sedentarismo y señala que la inactividad física de la población es el cuarto factor de riesgos en lo que respecta a la mortalidad mundial y representaría el 6% de la mortalidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Estas cifras están en consonancia con países de la Unión Europea como España, donde sólo el 36.22% de la población española con edades comprendidas entre los 15 y los 75 años realiza una actividad físico-deportiva de forma regular 1 ó 2 veces por semana, lo que refleja la progresiva tendencia al sedentarismo en España.

El informe sostiene que en intensidades aeróbicas moderadas repercute notablemente en la salud mental, ya que reduce el estrés, la ansiedad, las circunstancias que rodean a la depresión, aumenta el estado de ánimo y el bienestar y afecta a las funciones cognitivas como la memoria a corto plazo o la motivación.

Tanto es así que según se desprende, la realización de esfuerzos aeróbicos con una duración entre 20 y 60 minutos tiene "un efecto positivo sobre un gran número de procesos cognitivos inmediatamente después de su realización" de manera que, al término del mismo, los participantes están mejor preparados para realizar cualquier tipo de acción, concentrarse o resolver problemas complejos.

Así, revela la relación directa que existe entre el ejercicio físico y el rendimiento académico de los adolescentes de manera que los alumnos físicamente activos obtienen mejores resultados que los que no realizan ninguna actividad física y tienen mayor capacidad de atención, memoria y aprendizaje.