se confiesa un apasionado del deporte. No solo lo practica, sino que también disfruta viendo a los profesionales en acción. El director de IEDEP de la CCL revela que ese es un aspecto fundamental para alcanzar el anhelado balance y cuenta que uno de los elementos que más rescata de su trayectoria es su afición por la escritura.

¿De qué manera llega a ocupar el cargo actual?Cuando en el año 2000 el entonces presidente de la , Samuel Gleiser, me extiende una invitación para asesorarlo, empieza el vínculo: armamos un 'think tank' bastante interesante no solo para analizar la coyuntura. Ya más tarde creamos el IEDEP que dirijo ahora. *¿Cuáles son los elementos que mejor lo definen?*Uno de los elementos que marcan mi perfil es mi vida académica como estudiante y docente. Otro es la escritura, me agrada dedicarme a ella en mis ratos libres, de ahí que he publicado cuatro libros y artículos varios. Y un híbrido peculiar es mi lado empresarial. Son mis grandes marcas.

¿Qué le apasiona hacer cuando no está en la oficina?Me considero aficionado a los deportes, me encanta ver fútbol, tenis y básquet. Cuando era niño practicaba este último. Hoy en día vengo haciendo tenis, ya van cerca de 40 años y lo juego hasta cuatro veces por semana. Aun puedo decir que juego singles, me exige más, le pongo adrenalina, suelto más tensión, los dobles me aburren (risas).

¿Y cuando no juega?Cuando no juego tenis, corro o camino, también soy aficionado a la lectura, un día que no lees es un día perdido, hay tanto que leer, pero creo que parte del éxito es saber escoger, tengo un sesgo hacia la economía, además soy cinéfilo.*¿Es hincha de algún equipo de fútbol?*Desde niño soy hincha de Deportivo Municipal, pero cuando baja a segunda, digamos que favorezco a Universitario (risas). Y en cuanto a futbolistas, sigo a Hugo Sotil, que nació en el Municipal pero que se integró a la selección. Él definió el gol cuando Perú se convirtió campeón sudamericano en un partido ante Colombia que se definió en Caracas. Tuve la suerte de haber estado presente ahí.

Y en otras disciplinas, ¿a qué deportistas suele seguir?Hay dos que admiro mucho. En el básquet un ídolo para mí, que considero muy difícil que se le reemplace, es Michael Jordan. Hace dos años presencié con mi hijo los partidos finales de la NBA y recuerdo que fuimos al coliseo de los Chicago Bulls en donde está la estatua de Jordan. Fue excelente. Y en tenis, Roger Federer me parece irreemplazable, sigue vigente pese a la edad, tiene una técnica insuperable. Después de Federer, mencionaría a Rafael Nadal más que nada por su ímpetu, tenacidad, no se rinde nunca.

¿Qué género prefiere en cine?Todos, aunque depende del ánimo. Si quiero algo que me distraiga más que me complique opto por una comedia. Hay momentos que no quieres involucrarte con un drama, pero me gustan hasta los infantiles, sobre todo por mis nietos, pues para que me busquen para divertirse tengo que estar en la onda (risas).

¿Cuáles son esos autores de economía que más sigue?Una de las personas que más he tratado de leer ha sido Milton Friedman, así como Gary Becker. Ambos enseñaron en la Universidad de Chicago, y aunque ahí también me aceptaron, decidí irme a Cornell, pues éramos menos alumnos y eso facilitaba un vínculo directo con los profesores.

¿Se sintió influenciado por alguno de ellos?Cuando me tocó ser asesor del ministro de Economía y finanzas (1991-1992), años en que enfrentamos la peor crisis económica, una de las personas que estuvo presente fue precisamente Becker.

¿Cómo definiría su estilo de liderazgo?No creo ser un líder, pero el que pretende serlo o se autonombra así debe saber escuchar y autoconvencerse de que posee ciertas cualidades y que no es un todista.

¿La escucha activa debe cobrar fuerza?Sí, solo así puede conocer lo que piensa cada uno de sus colaboradores, nutrirse del tema a resolver y conocer a las personas para tener un mejor resultado. Y tercero, cuando da un mensaje debe convencerse de que lo que dice es lo que debe hacerse.