La victoria de en las elecciones presidenciales de Estados Unidos no solo tomó a muchos por sorpresa, sino que también dejó un gran número de afectados y entre ellos están las casas de apuestas.

Según el diario El Mercurio, estas elecciones presidenciales atrajeron un monto cercano a los US$ 247.6 millones en apuestas, un monto mayor a cualquier otro escenario político en la historia de Reino Unido e Irlanda (principales mercados de las apuestas, ya que en Estados Unidos están prohibidas), aunque la industria dista mucho de estar contenta.

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Como las encuestas previas que le daban un triunfo a Hillary Clinton, las casas de apuestas lo asimilaron como un hecho. Tanto así que, semanas antes de la elección, algunas compañías del rubro, como Paddy Power, comenzaron a pagar a todos aquellos que habían apostado por la demócrata.

En total, pagaron 800 mil libras (unos US$ 994 mil), siguiendo una receta que ya habían implementado en 2012, cuando dieron por ganador anticipado a Barack Obama.

La estrategia terminó muy mal, ya que con Trump victorioso, la compañía ahora también tendrá que pagar cuatro millones de libras (alrededor de US$ 4.9 millones), lo que pasa a ser el mayor pago político en la historia de los corredores de apuestas.

En esa misma tónica, Ladbrokes Coral Group, una de las compañías británicas del rubro, calcula que el sector deberá pagar alrededor de 15 millones de libras (cerca de US$ 18.6 millones) en el país, tras el triunfo del republicano.

A diferencia de lo que ocurrió en esta oportunidad, en 2015, los apostadores tuvieron éxito cuando apoyaron el triunfo del Partido Conservador de Reino Unido en las elecciones generales de ese año, las que finalmente ganaron. Para la votación del Brexit, al contrario, solo un 10% se inclinaba por la salida de Reino Unido de la UE.