Carlos Cousiño pertenece a la sexta generación de una familia que ha mantenido viva por 156 años la tradición de crear vinos en su bodega ubicada en la comuna Macul, dentro de la metrópoli de Santiago de Chile.
De la unión del apellido de la familia y del nombre de su comuna, que significa mano derecha, nacen los vinos Cousiño Mocul.
Mantener viva una bodega y una viña, que tiene vides de más de 100 años, dentro de una ciudad que vive un auge inmobiliario no es nada fácil. Por lo que Carlos Cousiño y sus hermanos tuvieron que adquirir una propiedad a 50 kilómetros al sur de Santiago para no perder su volumen de producción.
"Todas las generaciones van enfrentando desafíos nuevos de carácter tecnológico, comercial, agrícola, pero es nuestra obligación asumirlos y superarlos.
Junto a mis dos hermanos, nos tocó cambiar el lugar en donde hacíamos los vinos, tuvimos que comprar otra propiedad al sur de Santiago, plantarla, construir una bodega y seguir haciendo nuestros vinos", comenta Carlos Cousiño.
La segunda bodega de Cousiño Mocul se llama Buin, y es en donde se producen los vinos varietales de gama media, mientras que Macul se reserva para los grandes vinos de la firma entre los que destacan Finis Terrae y Lota (vino aclamado por los conocedores).
Filosofía del comer
Según Cousiño, los vinos de su bodega están pensados como un acompañamiento de la comida, por lo que su filosofía es hacer productos que puedan complementar a las distintas variedades gastronómicas.
"Nosotros hemos privilegiado siempre la fruta sobre la madera. Y para que el vino acompañe a la comida debe ser muy elegante, equilibrado y ciertamente no puede ser un vino que tenga aromas ni sabores demasiado poderosos, sino mataría a la comida", señala.
Por otro lado el co-propietario de Cousiño Mocul afirma que la migración de peruanos a Chile ha ayudado a mejorar la gastronomía chilena.
"Tenemos los elementos para hacer un buen ceviche, una costa enorme, pero no comíamos pescados ni mariscos. Ahoras si lo estamos haciendo.
La contribución de los peruanos ha sido introducir una sofisticacion gastronómica en un país que consumía vino. Y eso es una gran virtud. Ahora nosotros les queremos devolver la mano trayendo los vinos acá (a Perú)".
Resalta que un buen complemento de un lomo saltado son sus vinos Finis Terrae y Antigua Reserva.
Peruanos sofisticados
Frente a una posible alianza entre Argentina, Chile y Perú para combinar los vinos, la gastronomía y el pisco, Carlos Cousiño la encuentra como un proyecto fascinante, "pero para nosotros lo que verdaderamente nos importa en esa alianza es el Perú porque en eso nos disputamos con los argentinos", sostiene.
Para la bodega Cousiño Mocul, el mercado peruano representa un enorme desafío por dos razones, el crecimiento económico y su sofisticación gastronómica.
"Perú es un país maravilloso por las posibilidades que ofrece en términos de crecimiento de consumo de vinos. Porque el consumo de vino está íntimamente asociado al crecimiento económico. Perú crece como ningún país de Latinoamérica y va a seguir haciéndolo".
"Traemos toda nuestra gama de vinos a Perú. Desde los vinos íconos hasta los varietales. Precisamente para que el consumidor peruano pueda elegir de acuerdo con su sofisticada gastronomía el vino que le va mejor", concluye el también sociólogo.
OTROSÍ DIGOClase media.- Para el experto, "cuando comienza a incrementarse el porcentaje de clase media en las sociedades el consumo de vino crece mucho. Porque la gente por un lado toma más conciencia de su salud y cuidado personal, y deja de consumir licores con altos niveles de alcohol. Por otra parte comienzan a ser más sofisticados en sus gustos y tienden a tomar menos cerveza".
LA FICHANombre: Carlos CousiñoEstudios: Doctor de la Universidad de Erlangen Nürnberg y sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile.Puesto: Co-propietario de Cousiño MaculOcupación: Docente universitario