En la península de se encuentra uno de los más grandes vestigios del ingenio de las poblaciones ancestrales del Perú: . Este geoglifo es una imagen de tamaño colosal dibujada sobre la cambiante superficie de arena de la Reserva Nacional de Paracas y que hoy ha sido reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación.

La Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica le otorgó este reconocimiento por ser una expresión de obra de arte en un espacio físico natural con valores históricos, tanto por la cronología como por el enigma de su origen.

Ubicado al noroeste de la bahía de Paracas, es un enorme geoglifo con una extensión de 170 metros y una profundidad promedio de 1.2 metros. Se cree que tiene relación con las líneas y geoglífos de Nazca, y al igual que estos se desconoce su origen.

Su principal característica es que con el pasar de los años esta imagen se ha mantenido imperdurable, ello debido a que los fuertes vientos de la península de rellenan y vacían de arena las líneas del dibujo lo que hace que siempre estén bien marcadas.

Conservada por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), expresa un conjunto de valores, símbolos y creencias, manifestadas principalmente en los pobladores de San Andrés, Pisco y Paracas, que reconocen a esta figura como propia.

Por otro lado, es un referente de ubicación y localización de especies marinas específicas para la pesca local, además de que conforma uno de los principales atractivos de la actividad turística en esta región.