Boda real: entre el kitsch y el negocio

En Inglaterra, no hay boda real sin souvenirs. Desde hace meses, las tiendas de souvenirs del país compiten con artículos que rinden homenaje a la ceremonia entre el príncipe Enrique y Meghan Markle.

Se espera que más de 100.000 personas llenen las calles de Windsor para la boda, y aunque Ferguson y su pareja, Carl, están alojados en la ciudad -cambiando de hoteles varias veces por los precios-, planea empezar el día temprano.

Muchos turistas ya están instalados en la zona.
Alan Louzado, turista proveniente de Bombay
“Vinimos desde Bombay, India. De hecho mis padres vinieron para la boda del príncipe Carlos con Diana, en 1981. Yo tenía sólo dos años. Y los hemos seguido desde entonces, así que pensamos, ¿qué mejor época para venir que para esta boda?”

No todos son extranjeros: los británicos son los primeros en mostrar su entusiasmo.

Kevin Ball, vendedor callejero
“Está destinado a los turistas, pero la mayoría de las personas que nos han comprado hasta ahora han sido británicos. Porque creo que en Inglaterra la gente ama celebrar algo británico”

Aunque la boda en el castillo de Windsor estará rodeada de un estricto operativo de seguridad, después de dar el sí los novios recorrerán en carroza la calle principal de la ciudad y la avenida arbolada que lleva al castillo.

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