Redacción Gestión

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Ivy Park, una nueva línea de moda de Beyoncé Knowles, parece tener todo lo necesario para triunfar. Es una marca de primera línea para la vida activa, una franca mezcla de prendas deportivas estilizadas y ropa casual. Y por supuesto, con el poder de la propia súper estrella de Queen Bey y un mercado cautivo de fans fieramente leales, la colmena Beyhive.

Pero el éxito de Ivy Park podría no ser tan inevitable como parece. Hasta Beyoncé tendrá dificultades para no unirse a las marcas de celebridades moribundas o muertas que siembran el paisaje de la moda.

La mayoría de las líneas de ropa de famosos se estrellan en una forma embarazosamente pública. Miley Cyrus intentó lanzar una en Wal-Mart Stores Inc. con Max Azria. La línea de Paris Hilton para Dollhouse se marchitó, junto con la colección de Lauren Conrad para Kohl's Corp. y la de HeidiMontag, llamada Heidiwood, para Anchor Blue Retail Group Inc. Bitten, de Sarah Jessica Parker, y Dear, de Amanda Bynes, murieron junto con su socio minorista Steve & Barry's LLC. Fetish, de Eve, cerró tras años de intentar adquirir relevancia. La línea de calzas 6126 de Lindsey Lohan fue derribada por una serie de procesos judiciales, y Jennifer Lopez llamó al fracaso de sus marcas de moda "la mayor decepción de su carrera".

Ah, y no olvidemos que esta no es la primera vez que Beyoncé lo intenta: su incursión inicial en la moda empezó allá por 2004 con una marca llamada House of Deréon. Cuando la línea fue anunciada, la carrera como solista de la cantante estaba en un lugar muy diferente. Destiny's Child estaba grabando su último álbum de estudio, y ella acababa de entonar el himno nacional en el Supertazón. El estilo de House of Deréon nunca se ganó a las masas, y su línea júnior, fundada por Beyoncé y su hermana Solange, cerró en 2012.

Mantener el impulso

Michelle Alleyne, profesora de Parsons School of Fashion y fundadora de la consultora M Shop NYC, dijo que las marcas de moda de celebridades fracasan tan a menudo porque las estrellas no se esfuerzan por averiguar lo que sus clientes quieren ponerse. Todas las marcas de famosos son muy promocionadas al principio para su lanzamiento, pero mantener ese impulso, y hacer que los compradores sigan interesados en las prendas que van llegando a las tiendas, es la parte ardua. Aunque las marcas de celebridades comienzan con cantidades de marketing gratuito y mucha exposición, las ventas son determinadas por las prendas mismas, no el nombre que estas tienen estampado, dijo Alleyne.

"Solo porque tienes una base de fans, eso no significa que la marca vaya a triunfar", agregó. "Todo depende del producto".

Unas pocas marcas de gente famosa han triunfado. Jessica Simpson creó un imperio de miles de millones de dólares dirigiéndose sobre todo a las mujeres de áreas suburbanas y rurales. Victoria Beckham avanzó desde sus raíces de Spice Girl con su línea epónima de alta costura, en tanto Nicole Richie superó el universo de los reality shows de TV con un negocio de joyería llamado House of Harlow. Mary Kate y Ashley Olsen obtuvieron aplausos de la crítica y los especialistas del sector con su marca haute couture The Row, además del sello contemporáneo Elizabeth and James y la línea júnior Olsenboye.

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