Posverdad.
Posverdad.

(EFE) La batalla contra la posverdad no se ganará con una avalancha de estadísticas y datos, advirtió en Chile el periodista británico Matthew D'Ancona, columnista del diario The Guardian y autor del libro "Post Truh", lanzando en Reino Unido en mayo del año pasado.

"Los hechos no son suficientes. La posverdad no va a caer bajo una ráfaga de datos y más datos. Hay que crear una narrativa de los hechos, pero esto no significa sacrificar la verdad para crear un teatro", advierte D'Ancona, exeditor de The Sunday Telegraph y The Spectator.

A juicio de este comunicólogo británico, "si se golpea a la gente que disiente solo con hechos, su postura se endurecerá aún más".

"La posverdad no puede ser contrarrestada con la mera racionalidad, los comunicadores deben defender la veracidad", consideró D'Ancona, quien advirtió que este fenómeno "altera y distorsiona el clima de la opinión pública".

Citando la obra "El Príncipe", de Maquiavelo, el autor de "Post Truth" recordó que "mentir es algo tan antiguo como el lenguaje mismo, una característica de la condición humana".

La posverdad, concepto referido a circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes en la opinión pública que las emociones y las creencias personales, fue elegida en el 2016 palabra del año por el Diccionario Oxford.

Anclando sus raíces en la crisis financiera del 2008, que supuso un grave deterioro de la economía mundial y acarreó problemas institucionales al periodismo, la posverdad ha tenido notorios exponentes.

Entre ellos destacan la campaña a favor del "brexit" (la salida del Reino Unido de la Unión Europea) y el triunfo del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre de 2016.

"El error que cometimos los que defendíamos la permanencia dentro de la Unión Europea es que bombardeamos a la gente con estadísticas. Aquello se convirtió en algo indigerible. Por el contrario, los partidarios del 'brexit' buscaron la resonancia emocional, una narrativa que diera significado a la decisión de salirse", explicó D'Ancona.

Y en este sentido puso como ejemplo "mensajes muy poderosos, pero mentirosos" puestos en circulación por los detractores de la UE, como el que figuraba impreso en los autobuses londinenses: "Enviamos 350 millones de libras semanales a la UE. Enviémoslas al Sistema Nacional de Salud".

También la campaña del actual inquilino de la Casa Blanca estuvo cuajada de falsas afirmaciones, recordó.

"Donald Trump no es un intelectual en modo alguno. Es un hombre intuitivo que supo que algo estaba pasando en el ánimo popular y se comunicó con la gente con furia, de manera brutal", sostuvo D'Ancona.

La pseudociencia, que crea teorías que dejan de lado las experiencias científicas, o los negacionistas del Holocausto judío son otros dos ejemplos del gran arraigo que la posverdad encuentra actualmente en amplios sectores de la sociedad al amparo del vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías.

Al explicar los motivos de este fenómeno, el columnista de The Guardian se refirió a la caída de la confianza en las instituciones tradicionales, y el impulso experimentado por la tecnología e internet, que en lugar de favorecer la cooperación sostenible y el pluralismo, "en la práctica ha tenido efectos bien distintos".

A pesar de este apocalíptico panorama, Matthew D'Ancona considera que "hay buenos fundamentos para ser optimistas, si se toman medidas" y no se considera que las aguas volverán a su cauce simplemente por inercia, "como si fuera un péndulo".

Revisar concienzudamente los hechos; la alfabetización digital de los niños; la autorregulación de gigantes tecnológicos como Facebook, Google, Apple y Amazon; contar historias, en vez de ficción, y dotar a los hechos de una narrativa atractiva son algunas de las medidas que propone este comunicólogo para hacer frente a uno de los fenómenos más inquietantes de la era actual.

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