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Nancy Portugal Pradonancy.portugal@diariogestion.com.pe

Tejido con fibra de algodón en el núcleo y revestido con hilo de lana de camélido; el manto Paracas que hoy se expone en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, resguarda una historia. Hace 84 años que no pisa suelo peruano. Fue sustraído ilegalmente en 1930 y llegó a manos del Museo de Gotemburgo (Suecia). Regresó al Perú para no volver a salir.

El manto ya forma parte de la colección permanente del Ministerio de Cultura. Su estado es adecuado y concuerda con su antigüedad. Sin embargo, el Ministerio no quiere correr riesgos. La pieza no es candidata para salir del país. "Ni siquiera en calidad de préstamos", sentencia Carmen Thays, especialista en textiles del museo.

Mover el manto de locación representaría un riesgo. Thays lo explica así: "Sufriría por la manipulación que ocurre en un traslado, por muy bueno que sea el embalaje".

Si el Estado decidiese prestar el manto para una exposición, el país receptor no solo tendría que encargarse de su transporte. Según Thays, también tendría que salvaguardar la pieza. El valor de un seguro para el telar ascendería a US$ 10 millones.

Arte resguardadoLa pieza pertenece al patrimonio nacional; sin embargo, las que pertenecen a privados constituyen una inversión y sus propietarios suelen buscar formas de protegerlas ¿Qué tan difícil puede resultar asegurarlas? Aldo Labó, subgerente de riesgos generales de Rímac Seguros, explica que "la póliza de obras de arte es muy especializada y está contemplada dentro de los seguros "a todo riesgo".

El experto revela que son muy pocas las colecciones en el Perú que están aseguradas. Para una pieza artística existen dos tipos de riesgo. El primero es estático y se refiere a cuando la obra se encuentra en un predio fijo y el otro, denominado "clavo a clavo" está relacionado al proceso de manipulación, embalaje, transporte, instalación, montaje y desmontaje de la obra en una exposición y su regreso al predio original.

Para asegurar una obra, se debe contar con información como el tipo de obra de la que se habla, título, autor, propietario, medidas, técnica, año, ubicación y valor comercial.