Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

Berlín (Reuters).- A pocos pasos de donde el muro de Berlín dividió alguna vez la zona comunista Oriental de la ciudad de la Occidental una artista macedonia ha erigido una nueva barrera, esta vez para separar a los ricos de los pobres.

El muro de piedra negro de Nada Prlja, denominado "Muro de la paz", tiene 12 metros de largo y 5 de altura, y divide la arteria de Berlín Friedrichstrasse, justo al sur del Checkpoint Charlie, un famoso punto de acceso por el muro durante la Guerra Fría que hoy sigue siendo una gran atracción turística.

"El nuevo muro acentúa la brecha entre la parte alta de la Friedrichstrasse, caracterizada por sus tiendas de moda y lujosos apartamentos, y la parte sur, más pobre, integrada en el distrito multiétnico de Kreuzberg", afirmó Denhardt von Harling, portavoz de la Bienal de arte de Berlín.

El Muro de la paz forma parte de la bienal, que este año se centra en el arte político y se prolongará durante dos meses.

La obra intenta desafiar el aburguesamiento que la zona ha vivido en los últimos años y subrayar la enorme diferencia de riqueza.

Los 3.3 kilómetros de la Friedrichstrasse atraviesan el reconstruido corazón de Berlín. Justo a la altura del muro, los bloques de oficinas de brillantes cristales se convierten en viviendas sociales de los años 70, las tiendas de lujo pasan a ser casas de empeño y las multitudes de turistas y ejecutivos desaparecen.

El repentino cambio es casi sobrenatural. "Un muro es un símbolo de división, y es capaz de subrayar los abismos invisibles por sí mismo", afirmó Prlja. "Cuáles son las principales causas de diferencias en nuestra sociedad?, me preguntaba", dijo la artista, añadiendo que identificaba la segregación racial, la pobreza y sus orígenes.

El muro de Prlja provocó reacciones encontradas. "Realmente no me gusta", asegura Younes Alkhatib, un barbero de la "zona pobre" de la Friedrichstrasse.

"Vengo de Palestina, y este muro me recuerda lo que ha pasado con Israel. Las divisiones siempre extienden un mensaje negativo (…) y señalar las divisiones no nos ayudará a solucionarlas", agregó.

Hawach Amin, otro palestino que trabaja en la "zona pobre", dijo: "Ese muro negro me hace pensar en un funeral". "Cuando lo veo pienso en el antiguo muro de Berlín. Erigir muros hace que la gente se enemiste", agregó.

Prlja concede que su obra pueda generar miedo al hacer que la gente se enfrente a la realidad, pero dijo que quería que lo vieran como un "Muro de la paz" y la lucha por sus derechos.

También hay admiradores de su obra. "El muro es realmente una buena idea", dijo Frank Willie, empleado en una casa de empeños.

"Alude realmente al problema que llevamos años experimentando en la Friedrichstrasse. La calle está visiblemente dividida. En esta época el arte ha cumplido su cometido de ser valiente, provocativo y socialmente comprometido", agregó.