Desde el pasado viernes, se celebra el inicio del calendario lunar o Año Nuevo chino, gracias al cual los ciudadanos chinos reciben un feriado de siete días (hasta el 4 de febrero), pese a que tradicionalmente los festejos continúan una semana más hasta el Festival de las Linternas.

En este ritual anual de reunificación familiar tiene lugar una escala de migración asombrosa, la mayor que se registra en el planeta.

Mientras unos 49 millones de estadounidenses suelen emprender un viaje por el Día de Acción de Gracias, los chinos acumulan 3,000 millones de viajes en sus festejos.

Así, la también Fiesta de la Primavera suele paralizar la segunda economía más grande del mundo, al menos, durante una semana, ya que cientos de millones de trabajadores van a reencontrarse con sus seres queridos, a menudo en el lado opuesto del país.

Pero, dado que esta suele ser una temporada caótica, decenas de millones de chinos ya disfrutan el feriado fuera de sus fronteras. Esta nueva costumbre facilita a que eviten las turbas, las carreteras y subterráneos obstruidos, así como el aburrimiento que pueden marcar las vacaciones en casa.

Nueva costumbreEs así que muchos ya han migrado hacia Singapur, Malasia, Tailandia y Japón. Según Bloomberg, estos ciudadanos están visitando unos 174 destinos fuera de China continental por 9.2 días.

Con ello, las festividades de este año estarían movilizando, al menos, 414 millones de chinos. Específicamente, se estaría registrando un récord de 58.3 millones de traslados al extranjero, lo cual representa un salto del 10% respecto al 2016.

Y la oferta incrementa. China Southern Airlines, la mayor aerolínea de Asia, ha añadido unos 3,600 vuelos para la temporada y ha ampliado sus servicios. Otras sumaron cientos de vuelos.

China es la fuente más gran­de de viajeros al exterior. En el 2015 cerca de 128 millones de ciudadanos gastaron US$ 292.000 en sus travesías.

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