Anna Lacambra no le tiene miedo a los retos: “Cuando el tren pasa, me subo”, dice.
Evidencia de su versatilidad es que inició su vida profesional como entrenadora de deportes. Aunque más tarde supo que lo suyo eran las finanzas.
Lacambra entra en detalle, asimismo, sobre los desafíos que implica para una mujer ocupar un alto cargo.
¿Es reducida la presencia de mujeres en cargos como el suyo?
Sí. En una reunión de directorio todos son hombres. Me ha pasado en muchos lugares, no solamente en el Perú. Estoy segura que eso se debe a que conciliar la vida personal y profesional es muy difícil para muchas mujeres.
¿Cómo hizo usted para conseguir un equilibrio entre ambas?
No tengo hijos. Eso me ayudó a estar donde estoy porque me ha permitido dedicarle más tiempo a mi profesión. Cuando empecé mi carrera tuve claro que, si no frenaba, no podía tener una familia.
¿Considera que hoy en día las mujeres deben asumir esto para ocupar puestos gerenciales?
Hay un momento en la vida en que tienes que escoger entre cuidar a niños o crecer más a nivel profesional. Ahora bien, ¿qué es lo mejor? Diría que eso ya depende de cada uno.
¿Cuál fue su primer trabajo?
Entrenando niños de gimnasia mientras estudiaba. Era un trabajito de horas para tener ciertos ingresos y poder pagar mis pequeños gastos. Después pasé a ser la ayudante del director técnico.
¿Cómo surgió su gusto por la gimnasia?
Me considero bastante competitiva. Cuando era pequeña, la profesora de deportes organizó pruebas para seleccionar el equipo de gimnasia del colegio. Entonces, dije “voy a estar ahí”.
¿También es competitiva en el ámbito laboral?
Claro. Si hace falta no dormir un día para llegar al objetivo y entregar lo que debo, pues no duermo.
¿Cree que es una jefa muy seria?
Pienso que tengo dos caras muy diferentes. Muchas veces se sorprenden. Intento siempre estar alegre, transmitir al equipo la motivación necesaria. Pero hay momentos en los que me tengo que poner seria.
¿Cómo afronta los momentos en que toca retirar a alguien?
Lo primero que pido es que realmente tengamos todas la pruebas o razones que soporten el despido de una persona. Primero, porque cuando alguien inició con nosotros es porque creyó en el proyecto. A veces es la misma empresa la que se equivoca.
¿Cuál considera su mayor triunfo laboral?
Creo que nunca he buscado tener una posición concreta. Mi competencia nunca es por alcanzar una posición, sino por ser la persona que más aporta en la empresa. Eso es diferente.
¿Un CEO es necesariamente la persona que más aporta en la empresa?
Cuando ocupas un puesto de gerencia tienes que rodearte de un equipo que sepa más que tú y lo que debes intentar es que estén motivados.
¿Y cómo conseguirlo?
En este cargo buscas que otros aporten, que crean en el proyecto para que puedan dar soporte si es necesario.
¿Cómo asume los fracasos?
A veces no hacemos cosas porque le tenemos miedo. Yo no lo pienso mucho. Algunos lo llaman valentía, pero es que también asumo que puedo fracasar. Normalmente aprendemos más de los tropiezos que de los triunfos.
¿Le ocurre lo mismo en el aspecto laboral?
Recuerdo que cuando trabajaba en Filipinas como CEO de la misma empresa, Keralty, nos fue muy bien el primer año. Cuando propuse repasar el por qué, todos se quedaron en silencio. Nadie dijo nada. Lo cierto es que, cuando hay problemas, sí te detienes a pensar en las razones.
Hoja De Vida
Nombre: Anna Lacambra Pérez.
Cargo: CEO de Sanitas Perú.
Nacionalidad: Española.
Edad: 51 años.
Estudios: Máster de especialización en gestión y metodología de calidad, MBA.
En Corto
Tiempos libres. Lacambra asegura que su gusto por el deporte no lo heredó de nadie. Se considera una mujer activa: “Si me invitan a hacer trekking, yo voy. Me apunto a lo que salga”. Es el modo en que logra desconectarse de la rutina: “El trabajo es estrés cuando no realizas otras actividades que despejen tu mente”, señala.