El mundo del tenis tiene nuevo rey. El escocés ha conseguido una verdadera hazaña: se ha convertido en el N°1 por vez primera en su carrera, y para hacerlo ha logrado hacerles frente a las leyendas de ese deporte.

Sus méritos –capacidad táctica notable, saque potente, buen revés– sobresalieron sobre todo en la segunda parte de la temporada de 122 semanas. Así, llegó a lo más alto del ranking ATP (Asociación de Tenistas Profesionales), a costa de un camino que no es equiparable al de sus compañeros de generación. Pues mientras Djokovic y Nadal pusieron el pie en el acelerador, el escocés fue con menos prisa.

Su historial no ha estado exento de críticas, llevó un tiempo la etiqueta de 'loser' hasta que ganó un Grand Slam en el 2012, y dos coronas en Wimbledon. Pero el entrenamiento que recibiera de Ivan Lendl le sirvió para derrochar todo su talento.

Sus patrocinios ha destacado así más por su perseverancia y ha demostrado detalles que lo diferencian del resto. Fue entrenado por Amelie Mauresmo, en un sistema donde la opción de que una mujer instruya a un hombre no es común, pero él siguió adelante. Un gesto quizá igual de notable fue cuando renunció a algunas publicidades para lucir en la manga de su camiseta un mensaje contra la malaria, añaden desde El Confidencial.

Y, si de patrocinadores se trata, el británico reemplazó el año pasado el auspicio de por un contrato de cuatro años con Under Armour por US$ 6 millones anuales, además de sus acuerdos con Standard Life, Head and Rado, y Jaguar. también invierte en startups mediante la plataforma de crowdfunding Seedrs, en la que también posee una participación.

No obstante, eso no basta para asumir un liderazgo en ganancias. Solo en el ranking de Forbes de los 100 atletas mejor pagados, ocupa la posición 74, mientras que Federer y Nadal se apoderan del cuarto y sexto peldaño, respectivamente.

Eso sí, su nuevo liderazgo lo conllevará sin dudas a tener un mejor poder de negociación a la hora de aceptar nuevos acuerdos.

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