Redacción Gestión

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¿Le ha ocurrido que, de pronto, no alcanza darse cuenta en qué momento terminó ese postre de chocolate?, ¿o siente que comió más de la cuenta y más de lo que realmente necesitaba su organismo?, ¿u opta por ingerir alimentos aun cuando no tiene hambre porque, en realidad, lo suyo es ansiedad?

Ese modo de actuar responde a que muchas veces nuestra mente está acelerada y eso se refleja incluso en la manera en que comemos. El 'mindful eating' pretende, precisamente, alterar ese panorama para una atenta o consciente. Se trata de una actitud que busca canalizar toda nuestra atención en el preciso instante en que estamos a punto de probar un bocado.

En otras palabras, el 'mindful eating' es una práctica que toma elementos claves del budismo y la meditación para emplearlos como herramientas terapéuticas. "En la práctica del 'mindfulness' detenemos el ritmo de la mente, que siempre está aceleradísima y dispersa, para focalizarla en las cosas que son importantes", dice Ricardo Pulido, PhD en psicología, al diario La Tercera de Chile.

Este ejercicio cuenta con una cierta popularidad y ya forma parte integral del programa de reducción de estrés del doctor Jon Kabat-Zinn, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Pero ¿en qué consiste esta técnica en términos más prácticos?

El 'mindful eating' exige a los pacientes que coman como expertos en gourmet: que huelan, toquen y saboreen cada bocado. Una de las cosas que está prohibida, para efectos de esta actividad, es comer de pie, caminando o parado frente al refrigerador. El comensal debe sentarse para así ingerir sus alimentos, además debe procurar no hacer otras cosas a la vez como ver televisión.

Asimismo, este ejercicio conlleva a ingerir fibra para regular los niveles de azúcar en la sangre, a comer más lento para comer más atento, a usar la mano no dominante para contribuir con ello a la reducción de lo que se ingiere hasta en un 30%, según información recogida por el diario chileno.

De hecho, esta técnica ha mostrado resultados satisfactorios en pacientes con sobrepeso o diabetes, aunque sus investigadores afirman que el objetivo no es hacer que las personas bajen de peso. Eso sí, los científicos han descubiertos que aquellos comedores compulsivos pueden reducir sus atracones de comida de cuatro a uno a la semana, cuando ponen en práctica el 'mindful eating'. Ellos experimentan, además, más control con respecto a lo que comen.

Los investigadores precisan que la técnica está enfocada en conectar a las personas con 'la sabiduría del cuerpo', con la necesidad física y psicológica de comer para que estén nutridas y reconfortadas, pero no se trata de contar calorías. Y es que consideran que la dieta es un camino, a veces, demasiado tortuoso para el cuerpo porque se le somete a una intervención sin "escucharlo".

"Es súper violento decirle al cuerpo lo que necesitas, porque el cuerpo ya lo sabe, pero tú no lo estás escuchando. Hay que distinguir lo que el cuerpo necesita del deseo que proviene de la ansiedad, la voracidad, los hábitos y gustos adquiridos", dice Ricardo Pulido.

Pero 'mindful eating' no es cosa fácil. Quienes ponen en práctica esta técnica deben estar en la capacidad de hacerlo en el día a día, tomando en cuenta no solamente la falta de tiempo sino también las reuniones y compromisos sociales. La práctica consiste, adicionalmente, en hacerse una serie de interrogantes a uno mismo durante el proceso de alimentación: ¿cómo sabe este bocado?, ¿qué texturas tiene?, ¿me siento satisfecho ya?, ¿estoy disfrutando este alimento o le estoy haciendo daño a mi cuerpo?

DATOSEl 'mindful eating' no restringe ningún tipo de alimentos ni bebidas. Quienes efectúan esta técnica sorben un poco de agua entre mascadas, respiran profundamente antes de empezar a comer para así conectar la mente con el momento presente, le ponen nota a su hambre (del 1 al 10) antes de ingerir bocado para evitar una reacción emocional.