El trabajo de las grandes agencias de publicidad los había agobiado. Fue en el 2012 que Germán Garrido, José Canónico y Marco Caballero fundaron la boutique creativa Independencia, nominada a seis premios de este año, más que ninguna otra agencia peruana.

La amistad y horizontalidad del equipo es patente: los tres son directores creativos y Canónico tiene el título, al parecer honorario, de gerente general. Su modus operandi es, al igual, ser amigos de sus clientes. "Si no nos sentimos patas del gerente, no vamos a poder trabajar con cariño sus proyectos", sentencia Canónico.

Cuando llega una empresa a sus puertas lo primero que hace el equipo es evaluar si de verdad los necesitan. "Nosotros trabajamos para resolver sus problemas", explica Garrido, "que suelen ser de percepción".

El diagnóstico puede demorar hasta 90 días. Tras ese plazo preparan una solución que no necesariamente consiste en una campaña mediática. "Por la calidad", cuenta Caballero, "nuestros clientes hacen cola".

Un pilar en el que basan su labor es el de la democratización del éxito. Sin importar su presupuesto, las empresas recibirán un trabajo esmerado. Para lograrlo, en Independencia busca elaborar campañas virales con el objetivo de que las personas compartan de forma natural el contenido. El resultado: 88 millones de vistas en los videos de sus campañas.

"Las grandes agencias se incomodan cada vez que presentamos un proyecto y nuestros clientes buscan que seamos disruptivos", señala Canónico.