En lo que va del año, el volumen de trabajo de Volver D6 ha aumentado 30%. ¿El motivo? La euforia desatada porque Perú está en el Mundial.

Paco Baró, su director general, quien observa más incertidumbre hacia el segundo semestre, entra en detalle sobre el enfoque de la agencia y descarta que las licitaciones sean el camino predilecto para captar nuevos clientes.

¿Qué nuevos cambios está experimentando la agencia?
El 2017 acabó más o menos parado. Ahora, con la clasificación al Mundial, todo el mundo está tratando de hacer campañas que tengan que ver con la selección. Este primer semestre será bastante movido e interesante, pero el segundo dependerá de otros factores, el macroeconómico es uno de ellos.

¿Ha crecido entonces el volumen de campañas?
Lo que ha cambiado es la temporalidad: estamos haciendo campañas para de aquí a junio, lo normal hubiese sido que eso ocurra para el segundo semestre. Es decir, se está adelantando. No es que haya más presupuesto. Es por esto que, al menos, en la agencia nos decimos “¿y luego de junio qué?”.

¿En qué consistirá su estrategia: planean sumar nuevos clientes?
Nos agradan los clientes que buscan hacer algo disruptivo. Ahora bien, no nos presentamos en muchas licitaciones, no vamos a nada que sea público. Desde nuestro punto, no nos parece que alguien tenga que evaluar diez o doce propuestas diferentes.

¿Le preocupa que el anunciante sepa qué busca, y si eso lo encontraría en ciertas agencias?
El cliente debería hacer un ejercicio previo para saber qué quiere: si dotarse de mayor estructura para ofrecer un mejor servicio, si busca un proveedor más económico o un partner. No queremos ser la agencia más grande ni la que más dinero gane, nuestro objetivo es tener clientes con los que haya posibilidad de hacer un match.

¿La estrategia va por solidificarse con lo que ya tienen?
No solo eso. No digo que no queramos crecer, queremos crecer con cabeza, hacerlo de a pocos y de mano de clientes que no estén mirando solo el corto plazo sino también mediano y largo para construir una marca. Buscamos una marca que quiera no solo gestionar momentos puntuales.

Respecto a las licitaciones, ¿prefieren establecer un filtro?
Para las licitaciones debería haber un pensamiento previo que no se hace. Que (el anunciante) establezca si busca una multinacional o una agencia más pequeña, algo más estratégico o creativo. Casi exigiría esa fase previa.

Entonces, ¿antes que sus potenciales clientes los seleccionen, ustedes los eligen?
Hay de ambos. Yo dejé de trabajar en multinacionales precisamente porque llega un momento en el que te pueden obligar a trabajar con alguien que no quiere trabajar contigo, o con quien no deseas. Eso me parece horroroso para el negocio y para mi vida (risas). Nos gusta trabajar con quienes quieren trabajar con nosotros, y viceversa.

¿A qué licitaciones sí van?
El número para nosotros es cuatro, incluyéndonos, ya eso es suficientemente alto. Con ese dato ya hacemos un proceso previo de autoselección porque me dice (si el anunciante) tiene claro hacia qué agencias va. Sin embargo, yo no creo en las licitaciones.

¿Por qué motivos?
Porque se hace un briefing que normalmente luego no vale porque no se cuenta con toda la información, o porque puede que (la agencia) que ha ido a ganar le diga (al anunciante) lo que quiere oír aunque no sea lo mejor para la marca.

Para ustedes, ¿cuál es el mejor camino para conseguir clientes?
Creo que tienes que conocer a tu partner, y eso se hace a través de una presentación de agencia o una charla.

¿En qué procesos incluye los elementos disruptivos?
Nosotros, por ejemplo, en los briefing, consideramos a todas las posibles ramas del equipo. Hay veces en que el programador nos ha facilitado hacer una aplicación que exalta una idea creativa. Es una forma diferente en que se integran distintas disciplinas.