Redacción Gestión

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Gdansk, Polonia (Reuters).- Una dieta a base de comida basura, programas de alojamiento gratuito, bebidas alcohólicas que se llevan desde sus países, vuelos de bajo costo a horas imposibles y, sobre todo, suficiente pasión por el fútbol para recordar por qué soportar todo esto.

Bienvenido a la vida del aficionado al fútbol en épocas de austeridad.

Decenas de miles de hinchas de los países golpeados por la crisis España, Italia, Grecia, Irlanda y Portugal han cruzado Europa para seguir a sus selecciones en la Eurocopa, dejando atrás durante unas semanas el desempleo crónico, los recortesen el gasto y el amplio descontento de sus países de origen.

"No podemos confiar en nuestros políticos, no podemos confiar en nuestros bancos, pero podemos confiar en nuestro equipo", dijo Julio, un español de 35 años, a las puertas de un camping en la ciudad de Gdansk, al norte de Polonia.

"Todo es muy barato aquí en Polonia, eso ayuda. España es la campeona del mundo y la actual campeona de Europa. Simplemente, tenía que venir", agregó.

Este es el primer torneo para Julio, que estará cinco días en Polonia, a donde llegó con una aerolínea de bajo costo. Como muchos aficionados agradece que las cosas en los países organizadores de la Euro sean más baratas que en casa.

La UEFA votó en 2007 que Polonia y Ucrania albergasen el torneo, una decisión que ha resultado ser oportuna.

En 2008, la fase final de la Eurocopa se celebró en las más caras Suiza y Austria, mientras que el Mundial 2010 tuvo lugar en la a prohibitivamente lejana Sudáfrica.

Una cerveza en una de las "fan zones" de Polonia – las áreas reservadas oficiales con pantallas gigantes donde los seguidores pueden ver los partidos- cuesta casi la mitad de lo que había que pagar en 2008 en los recintos que se habilitaron en Austria.

"La situación económica en España es muy grave (…) El español de a pie está viendo cómo sus recursos disminuyen cada vez más, incluso aunque tengan trabajo, mientras que el costo de vida sigue siendo muy alto", dijo Enrique Aguayo, de 40 años, administrador de una empresa en Córdoba.

"Venir a ver los partidos ha sido un sacrificio para todos. Tuve que ahorrar para hacerlo pero para mí es importante apoyar al equipo nacional", destacó.

Presupuesto cortoEl amor a su equipo, la atmósfera del torneo y el drama dentro del campo de juego han marcado los meses de preparación de los aficionados para encontrar la manera de moverse con un presupuesto reducido.

"Ha habido mucho trabajo, pero lo planeamos durante meses, encontrando las habitaciones más baratas después de muchas búsquedas en Internet, y volando de Dublín a Inglaterra y desde allí a Polonia para ahorrar dinero", dijo John Donnelly, un mecánico de 38 años de Kilkenny.

Viajando con tres amigos más ha ahorrado dinero y el grupo ha evitado gastar en alojamiento más de 30 euros por noche. Como muchos irlandeses, escogieron quedarse en ciudades entre Poznan y Gdansk, las sedes donde jugó Irlanda, para ahorrar.

Como se esperaba, muchos hoteles de las ciudades que albergan los encuentros aumentaron sus precios, por lo que los seguidores buscaron en otros lugares. La agencia de noticias polaca PAP dijo que las tarifas subieron más de 84% en Poznan y Breslavia, 74% en Gdansk y 69% en Varsovia, lo que dejó muchos hoteles con habitaciones libres.

El director ejecutivo de la cadena de hoteles polaca HRS, Lukasz Dabrowski, dijo a PAP: "La Eurocopa 2008 de Austria y Suiza mostró que los hoteles que estaba localizados a unos 20-30 kilómetros de las ciudades anfitrionas y tenían precios razonables fueron de lejos los mejores".

Muchos polacos aprovechan las redes sociales para anunciar el alquiler de habitaciones baratas en sus propios pisos y, en especial los aficionados más jóvenes, intentan encontrar habitaciones a través de 'couch-surfing'- una red en la que la gente ofrece alojamiento gratuito en sus casas solo por la diversión de conocer a gente de otros países-.

Esta posibilidad fue suficiente para convencer al portugués Joao, de 24 años, para tomar un vuelo de bajo costo hasta Rzeszow, un aeropuerto al sudeste de Polonia, vía Barcelona.

"Fue un viaje totalmente espontáneo. Vinimos para el partido, pero no tenemos entradas ni alojamiento. Ahora mismo estamos buscando un sitio para 'couch-surfing' y esperando por el chico que nos dijo que podía acoger", dijo.

Su amigo Pedro también viajó en tren cruzando Ucrania y alojándose gratis en casas particulares. "Nuestros anfitriones fueron muy amables, nos enseñaron la ciudad (…) No solo venimos a los partidos, también para hacer algo de turismo".

Los propietarios de bares y restaurantes en Gdansk están contentos con los ingresos extra y han hecho un gran negocio con la cerveza, el vodka polaco y comidas baratas como la pizza.

En Varsovia, por su parte, disfrutaron de la presencia de miles de rusos de alto poder adquisitivo para sus dos partidos de grupo, que pedían "sin comprobar si quiera los precios", según los sorprendidos camareros polacos.

"Me acuerdo de los aficionados rusos en la Eurocopa de 1998 en Alemania", dijo el dublinés Patrick Kealy, de 49 años. "No había casi ninguno y parecían muy pobres. Mira ahora. Así es como cambia el mundo".