De los nueve montajes que Los Productores alista para este año, “Billy Elliot” sería el más demandante.

Adrián Galarcep, director artístico, sentencia así que un musical es lo más caro que se puede hacer, pero que no supone una barrera para aventurarse a nuevos proyectos entre los que destaca un plan piloto en provincias.

¿Cómo seleccionan las obras?, ¿qué géneros funcionan más?
Mezclamos reposiciones y estrenos. Con comedias y musicales, llenamos teatros de hasta 1,000 butacas. De hecho, nuestra propuesta es más masiva porque queremos acercar el teatro a la gente. Pero sueño con estrenar otro corte de obras, no estancarnos en los formatos de siempre.

¿Cuál es el desafío especifico que asumen con “Billy Elliot”?
Hay tanto de desafío como lo hubo con “Mamma Mia!” o “Hairspray”. Un musical es mucho más costoso: implica elementos adicionales no presupuestados en una obra de texto. Es todo un espectáculo: tenemos el ensamble más bailarines, cantantes, actores hasta banda en vivo.

¿Con cuánto de antelación se alista un musical de dimensiones?
Para enero del año pasado ya estábamos trabajando la obra. Los niños comenzaron su formación en junio, aunque en diciembre decidimos quiénes se quedaban. Es casi un año de entrenamiento intensivo. “Billy Elliot” es singular: no se puede encontrar (talentos así) en un casting, hay que formarlos.

¿Hoy el peruano va más al teatro que hace unos cinco años?
Un estudio en 2015 nos indicaba que dos cada diez peruanos fueron alguna vez al teatro. Pero el año pasado más 14,000 fueron por primera vez y lo hicieron con Los Productores. Hay una enorme responsabilidad en generar nuevo público y creo que este recurre a nosotros porque nuestras obras son más amigables. Quizá no sean obras tan intelectuales, pero tampoco son superficiales.

¿Cree que hay una ‘confusión’ entre lo comercial y superficial?
Creo que, aunque hacemos obras más amigables, no exponemos superficialidades. Por eso tengo mucho cuidado al programar porque se puede caer en eso. Tenemos que proporcionar experiencias más allá de una risa.

¿Hay un plan para replicar la experiencia de Los Productores fuera de Lima o en periferias?
Totalmente. Hay un plan piloto que ejecutaremos este año para armar un circuito comercial al interior, es decir, pensar nuestras temporadas con gira. Nuestro primer lugar de impacto será Arequipa, llevaremos este año dos montajes.

Lo intentaron hacer un tiempo, ¿se está retomando?
No funcionó. Antes decían “tenemos a tal elenco, vayamos a tales lugares”. No es lo que quiero. Quiero hacer un circuito comercial al interior: tener la capacidad de tomar el Teatro Municipal de Arequipa un mes, tener una semana una obra, otra semana otra obra, y así. Eso no se hizo. Muchos turistas internos vienen a ver nuestras obras, entonces por qué no sacarlas.

¿La idea es tomar varios espacios en varias ciudades?
Lo haremos de a pocos. Iremos a Arequipa primero, nos centraremos ahí y, una vez que nos solidifiquemos, iremos a otro lugar.

¿Cómo asegurarse que funcione para no repetir, por ejemplo, la experiencia de Plaza Norte?
Plaza Norte fue un enorme aprendizaje. La gran diferencia es que teníamos un teatro que debíamos llenar (constantemente). Esto es distinto. No vamos a operar un teatro en Arequipa porque repetiríamos el plato.

De todos sus espectadores anuales, ¿cuántos retornan?
Sabemos que un 40% de los que nos ven van cinco veces al teatro al año y nos tienen muy alta estima. Queremos pensar que un gran porcentaje de ese retorno es a nuestras obras.

¿Están manejando una estrategia de fidelización?
A fines de 2017 estrenamos un cierrapuertas en que pusimos a disposición todas las obras de este año con descuentos, fue interesante porque se compró en promedio entradas para cuatro obras. Lo haremos de nuevo.