Redacción Gestión

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La multinacional explica que "cambiando pequeñas cosas, el mismo anuncio funciona excepcionalmente". "Son ajustes menores que suben mucho la aceptación".

Coca-Cola sabe que el buen contenido viaja: al igual que El Rey León o La Guerra de las Galaxias no adapta sus contenidos según países a nadie se le ocurre variar el casting, cambiar al bueno por el malo o modificar el final, la multinacional ha decidido hacer una campaña mundial para todas las geografías.

Aunque eso no significa que no haya pequeñas diferencias. "Cambiando pequeñas cosas, el mismo anuncio funciona excepcionalmente, son ajustes menores que suben mucho la aceptación", apunta Marcos de Quinto, vicepresidente y director de Marketing Global de Coca Cola.

El directivo alude al ejemplo de Break Up. Es una metáfora en la que un chico conoce a una chica, cada uno bebe de una botella con una pajita y después se les ve sorbiendo de la misma botella con dos pajitas. A continuación salen besándose, abrazándose… y luego riñen, momento en el que la botella se cae al suelo y se parte. Poco después quedan de nuevo y hacen las paces, con su Coca-Cola por medio.

Lo interesante, según De Quinto, es cómo se matiza el tono según países, aunque manteniendo la misma campaña, como se puede comprobar en los vídeos del comercial emitido en Estados Unidos y en Asia.

Así, "Break Up contiene escenas bastante sexys, que hay que rebajar en Asia… Pero en Alemania y los países nórdicos sucede todo lo contrario: les encantan los anuncios subidos de todo", explica.

Publicidad para el mercado asiático.

"Luego en países anglosajones es curioso que piensan que es demasiado agresiva la actitud del chico al forcejear y cerrarle a la chica la puerta en las narices, así que hay que bajar el tono", añade. Pero en Japón es todo lo contrario: "Piensan que la actitud de la chica es muy agresiva y creen que debe ser sumisa".

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