(Bloomberg) Accel Partners, la firma de capital riesgo detrás de startups como Dropbox, Slack y Facebook, convocó a las empresas de su cartera a una reunión en un museo de San Francisco para darles algunos consejos.

Primero, que no desprecien a las empresas no tecnológicas tradicionales que las startups históricamente tratan de destruir porque, teniendo en cuenta la experiencia reciente, una compañía ya asentada puede terminar adquiriéndolas a ellas. Segundo, las épocas de salir a bolsa basándose en gran medida en un crecimiento deslumbrante se terminaron: las startups tienen que asegurarse de que sus ganancias también sean satisfactorias.

Aunque muchos creadores de startups sueñan con ofertas públicas iniciales, que sus empresas sean compradas por una compañía más grande es un desenlace bastante más probable. Los socios de Accel Rich Wong y Vasant Natarajan explicaron a las empresas de su cartera la probabilidad cada vez mayor de que empresas ya establecidas y que nada tienen que ver con el sector de la tecnología terminen comprando sus negocios. Como ejemplos citaron algunas grandes adquisiciones de firmas respaldadas por Accel, como la compra de la aplicación de salud y bienestar MyFitnessPal por parte de Under Armour en US$475 millones el año pasado o la del sitio de comercio electrónico online Jet por parte de Walmart Store en US$3.300 millones.

Desde 2011 hasta 2014, las compañías tecnológicas fueron las principales compradoras de startups respaldadas por capital riesgo, según datos de la firma de investigación Pitchbook. El récord fue en 2014, cuando las tecnológicas gastaron US$47.000 millones en la compra de firmas respaldadas por capital riesgo, en comparación con los US$21.800 millones gastados por empresas no tecnológicas.

El año pasado, las empresas de tecnología recortaron su gasto en startups respaldadas por capital riesgo a US$18.300 millones mientras que las compañías no tecnológicas gastaron US$17.600 millones en adquisiciones respaldadas por capital riesgo. Este año hasta el 30 de septiembre, las no tecnológicas pagaron US$25.300 millones por firmas respaldadas por capital riesgo, en comparación con apenas US$10.700 millones en el caso de las firmas de tecnología.

Para aquellas excepcionales empresas que estén planeando ofertas iniciales de acciones (OPI), Accel presentó la Regla de 50, que Wong dijo que "podría parecer un poco anticuada". Para el éxito de una OPI, dijeron los socios, es necesario apuntar a ganancias como porcentaje de los ingresos agregados al porcentaje del crecimiento de los ingresos anuales que sean de un número como mínimo equivalente a 50. En otras palabras, deben asegurarse de que los ingresos y los ganancias crezcan a un ritmo aceptable –o si no son las ganancias, que el dinero se gaste de una manera disciplinada y controlada-.

"No es una regla fija sino un barómetro", dijo Wong más tarde. Él y otros socios mencionaron a empresas como Atlassian, Workday y ServiceNow, que cumplieron con la regla de 50, según mostró la investigación de Accel. Esas empresas se negociaron a 10 veces los ingresos o más

Por el contrario, empresas donde la fórmula estuvo más cerca de 30, como HubSpot y New Relic, se negociaron a seis veces los ingresos. Y firmas como Box y MindBody cerraron cerca de 15, lo que significó una cotización de cuatro a seis veces sus ingresos.

La reunión tuvo lugar la semana anterior a la elección presidencial de EE.UU. Pero cualquiera sea el futuro, Wong, según dijo, les expresó a las empresas de la cartera que la tecnología "es el mejor sector de la economía donde participar".**

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