Estudiar las mutaciones del SARS-CoV-2 permite ver la aparición de nuevas variantes y sus orígenes. (Foto: AFP)
Estudiar las mutaciones del SARS-CoV-2 permite ver la aparición de nuevas variantes y sus orígenes. (Foto: AFP)

El estudio del secuenciamiento de genomas del fue fundamental para situar la evolución de este virus en Perú y monitorear la expansión y desarrollo de sus diferentes variantes, a pesar de que el país no estaba preparado para asumir esas tareas, afirmaron expertos.

Sí, Perú fue un país con una alta mortalidad tuvo que ver con las dificultades en el ámbito de la vigilancia y seguimiento del virus”, comentó el presidente del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica de Perú, (Concytec), Benjamin Marticorena.

Asimismo, aseguró que el estudio genético del COVID-19 ayuda a identificar nuevas variantes y por tanto es un área “de vital importancia”.

La poca producción local de materiales sanitarios y de investigación, y los escasos recursos de los laboratorios del país, tanto privados como públicos, así como los adscritos a universidades al inicio de la pandemia, retrasaron y limitaron los estudios genéticos del SARS-CoV-2, según los expertos.

A su turno, Pablo Tsukayama, doctor en biología en el Laboratorio de Genómica Microbiana en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, explicó que gracias a las secuencias genómicas se pudo pasar de una enfermedad desconocida, a un virus identificado en apenas tres semanas cuando una neumonía apareció en Wuhan, lo que supone un avance a nivel internacional en esta materia muy destacado, ya que hace unos años este proceso habría tardado meses.

Secuencias genómicas

El 6 de marzo del 2020 se confirmó en Perú el primer caso del COVID-19 y fue gracias también al estudio genético del virus que se pudo averiguar que este llegó a Perú desde Europa y no desde China o Estados Unidos, como se pensó en un primer momento.

“En las están los códigos genéticos que son como un manual de instrucciones de este tipo de virus, para invadir, atacar, medir su alcance... La información contenida ahí es sumamente importante”, remarcó Tsukayama antes de indicar la importancia de financiar y dotar de recursos materiales y humanos laboratorios y proyectos que estudien esta materia.

Estudiar las mutaciones del SARS-CoV-2 permite ver la aparición de nuevas variantes y sus orígenes, lo que ayuda a controlarlas y tomar medidas de cierre de fronteras de determinados países y aplicar políticas.

“Durante marzo del 2021 descubrimos que había en Perú una mutación del virus con características propias, que se estaba extendiendo a países como Chile Argentina o Estados Unidos y que había que informar a la comunidad internacional”, declaró Tsukayama, refiriéndose a la conocida posteriormente como “variante andina” o “Lambda”, que fue identificada gracias a este tipo de estudios.

La pandemia ha dejado clara la importancia de seguir financiando proyectos de genómica, ya que durante su desarrollo se vio que eran esenciales para seguir controlando el COVID-19, por lo que varios equipos liderados por Tsukayama transmitieron los protocolos de operaciones y secuenciaciones genómicas a centros de investigación fuera de Lima

La Universidad Nacional San Agustín (UNSA), de la región sureña de Arequipa, y la Universidad Nacional Toribio Rodríguez De Mendoza (UNTRD), en la selvática Chachapoyas, fueron entrenadas para que casos del COVID-19 fueran también secuenciados allí y tener una visión más completa de la expansión y evolución del virus en el país y descentralizando así la capacidad de estudio que se concentraba en Lima.

Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Salud (Minsa), en las últimas horas se confirmaron 3,463 contagios y fallecieron otras 28 personas, lo que elevó el total de casos desde que hace dos años llegó la enfermedad a 3′518,721 y los decesos a 210,744, lo que ha convertido a Perú en el país con la tasa de mortalidad más alta del mundo.

El país afronta actualmente un notorio descenso del impacto de la epidemia, al punto que el Minsa ha anticipado que si la tendencia se mantiene a fines de marzo habrá terminado la tercera ola, causada por la variante ómicron, que generó numerosos casos desde fines de diciembre, pero no incrementó en gran cantidad las hospitalizaciones ni los fallecimientos, en parte también por la alta tasa de vacunación que hay en el país, según los expertos.