Lyft Corp. se ha comprometido a realizar el 100% de sus viajes en vehículos eléctricos para fines del 2030. Pero para llegar a ese punto, necesitará el apoyo de legisladores y los fabricantes automotriz, una red de carga sólida y, sobre todo, la cooperación de sus conductores.
Las compañías de transporte ha enfrentado dificultades a medida que gobiernos pidieron a los ciudadanos permanecer confinados para contener la propagación del COVID-19. Uber Technologies Inc. recortó 6,700 empleos, mientras que Lyft despidió a más de 1,000 empleados.
El cofundador de Lyft, John Zimmer, sin embargo, califica el golpe inducido por la pandemia como una oportunidad para “reevaluar todo”. Eso incluye los vehículos que llevan su logotipo color rosa intenso. Con la transición a lo eléctrico, Zimmer dice: “estaremos mejor posicionados al salir de esto”.
Los reguladores de California determinaron en enero que los servicios de transporte alternativo emiten 50% más gases de efecto invernadero por pasajero por kilómetro recorrido que el automóvil promedio. Se espera que el estado establezca reglas para reducir las emisiones de tales servicios, una primicia mundial.
Los vehículos eléctricos requieren mucha menos energía para recorrer la misma distancia en comparación con un motor de combustión interna, por lo que incluso cuando la red eléctrica significa una alta proporción de energía derivada de los combustibles fósiles, los vehículos eléctricos igual ayudan a reducir las emisiones de carbono.
Tampoco tienen exhostos y, por lo tanto, reducen la contaminación del aire. “Hay una ventaja comercial”, dice Zimmer. “Nuestros consumidores demandan vehículos más limpios, y nuestros conductores quieren un menor costo operativo”.
Este no es el primer gran paso de Lyft en términos de sostenibilidad. En el 2018, la startup de Silicon Valley anunció que compensaría las emisiones de todos sus viajes a nivel mundial. Con el nuevo compromiso, la compañía descontinuará el programa de compensaciones para enfocarse en ser completamente eléctrico.
Comprar compensaciones es una transacción financiera bastante sencilla, pero Lyft necesitará una gran cantidad de cosas para cumplir con su nuevo objetivo 2030.
La compañía describió su enfoque en un libro blanco publicado con el anuncio, que incluye planes para aprovechar su posición y negociar descuentos de fabricantes automotriz, impulsar políticas que aumenten la adopción más amplia de vehículos eléctricos y desarrollar asociaciones para expandir las redes de carga en EE.UU. y Canadá, donde opera Lyft.
“En cierto modo, será una especie de profecía autocumplida”, dice Sam Arons, director de sostenibilidad de Lyft. “Enviará una señal al mercado y ayudará a atraer socios”.
Lyft no puede simplemente obligar a sus conductores, que no se consideran empleados en la mayoría de las jurisdicciones en las que opera, a comprar vehículos eléctricos.
Tendrá que convencerlos de esta opción. Los vehículos eléctricos siguen siendo mucho más caros que los automóviles tradicionales, y tardan mucho más en reabastecerse de combustible que la breve parada en la estación de servicio a la que la mayoría de los conductores están acostumbrados.
Entonces, ¿por qué cambiarían? Lyft dice que los vehículos eléctricos tienen costos operativos más bajos debido a un combustible más barato y un mantenimiento más sencillo. Cuanto más se conduce un VE, más barato será su costo por kilómetro.