Redacción Gestión

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Tomado de agencia.donweb.com

Mientras que hoy se hacen realidad muchas de las fantasías de hace una década atrás, compañías del nido tecnológico ya se animan a diagramar una nueva generación de productos y servicios que serán moneda corriente hacia el año 2025. No hablamos de tecnologías inexistentes, aunque sí de su proyectado despliegue: realidad aumentada, sorprendentes wearables y pantallas flexibles, son algunos de los faros que vislumbra la cuna de Windows.

Existe un modo concreto de saber cómo será el futuro. No hacemos referencia a algún tipo de poder psíquico o adivinatorio, sino al repaso de los planes que divulgan algunos actores relevantes de la industria tecnológica. Desarrollos que hoy son una promesa aunque, en un futuro no muy lejano, dirán presente en el mercado de consumo.

Veamos uno de los casos que podemos corroborar a la luz del presente. En su habitual "5 in 5", la compañía IBM dijo en 2009 que hacia el año 2014 las construcciones (edificios, casas, etc.) serán capaces de sentir y reaccionar de un modo similar a como lo hacen los organismos vivos. ¿Ha ocurrido efectivamente esto, ahora que rebasamos el 2014? Si bien el desarrollo domótico no ha llegado a su cúspide en cuanto a despliegue y funcionalidades, es posible afirmar que IBM ha dado en la tecla, o mejor, que supo vislumbrar hacia dónde avanzaban por entonces algunos desarrollos. Hoy la domótica es uno de los fetiches de los fabricantes, incluso de los más renombrados. Basta repasar la incursión de Google en este terreno de la mano del especialista Nest.

Vaticinios que llegan desde Redmond

Dejando de lado las preferencias y fanatismos por tal o cual marca, es indudable que es una de las compañías más influyentes de la escena tecnológica y que, consecuentemente, su voz tiene un peso de relevancia a la hora de presentar y también al momento de imaginar cómo será el mercado tecnológico en los próximos años. Recientemente, la firma con sede en Redmond publicó un video en el que en poco más de seis minutos detalla algunas de las tecnologías que podrían circular entre nosotros en el lapso de una década. Sí, posamos la mirada en el año 2025.

El primer ítem que aparece ya es conocido y en este sentido es poco novedoso. Sin embargo, la primicia reside en su eventual expansión y en las capacidades de interacción que promete, al momento inusuales. Hablamos de la realidad aumentada, una tecnología que supone la impresión de información digital sobre entornos reales. Viniendo esta "predicción" de boca de Microsoft, resulta ineludible la mención al software Windows Holographic y al dispositivo de vestir HoloLens.

Juntos, conforman un proyecto que Microsoft mostró en el marco de la presentación de Windows 10, planteando un interesante horizonte para la informática y para el modo en el que interactuamos con nuestro entorno, colocando hologramas operables mediante gestos. A fin de cuentas, convirtiendo el mundo en una gran pantalla táctil. En este contexto, aparecen impresionantes beneficios en productividad, tareas de diseño y entretenimiento, entre otras áreas. Más detalles de esta cautivante iniciativa pueden ser consultados en este otro video con escenas que parecen extraídas de una película de ciencia ficción y que, no obstante, podrían ser moneda corriente dentro de una década.

Entre algunos elementos que podrían pasar desapercibidos a una mirada poco atenta, como la utilización de una impresora 3D y el empleo de particulares lápices digitales que se "cargan" en una base; Microsoft dibuja una escena en la que se destacan pantallas con algunas características sobresalientes: grandes dimensiones, plena delgadez y pura ausencia de marcos. Por otra parte, muestran mecanismos que prometen un gran dinamismo a la hora de compartir contenido entre dispositivos (¡hola, NFC!), y una capacidad que ya vislumbramos, la posibilidad de convertir cualquier superficie en un display táctil.

La bola de cristal de Microsoft también muestra pantallas enteramente flexibles, tanto como una hoja de papel o una superficie de goma eva. En este punto, insistimos sobre el concepto de "proyección" mucho antes que en la idea de "adivinación". Puestos a hablar de estos screens elásticos, hay que decir que firmas como LG y Samsung ya trabajan en la producción de equipos con esta característica, desarrollo que implica otros desafíos además de los relacionados a la pantalla: los cables, la batería y demás componentes de hardware también deberán ser dóciles y flexibles. Aunque la imagen resulte futurista, podría ser una realidad, acaso, bastante antes del año 2025. Un reporte reciente señaló que Samsung podría lanzar en 2015 un teléfono inteligente de cuerpo flexible.

También hay espacio para los dispositivos de vestir, productos que ya pisan con fuerza en el mercado de 2015 y que, según cuenta en este video la firma que Bill Gates creó en la década del setenta, hacia 2025 podrían llegar con muy interesantes funcionalidades, por ejemplo, la irrupción de pulseras que, fusionadas, entregarían información relevante al usuario; la transformación del accesorio en un mando similar a una tablet pequeña, o el control de estos equipos mediante simples gestos de las articulaciones. Por otra parte, que los dispositivos tecnológicos sean útiles para abrir una puerta (una función que se muestra en el video) no es un asunto novedoso aunque sigue pareciéndonos propio de la ciencia ficción.

Acaso en el año 2025 ya sea un hábito natural. Además, Microsoft no olvidó que un wearable es a fin de cuentas un objeto de moda y lo muestra con encantos propios de aquella escena. En este punto vale mencionar el particular interés que Apple ha puesto en dotar de estética a los wearables; que éstos no sean únicamente dispositivos sino también accesorios bellos. Hacia allí también parece avanzar el imaginario de Microsoft, que en 2014 presentó Band, su primera pulsera inteligente.

Además de los hardwares y los softwares allí vislumbrados, vale la pena detenerse en las interfaces que brillan en los dispositivos. Estaríamos frente a una suerte de maquillaje de Internet y de los sistemas operativos, con un fresco diseño y una pura confluencia entre diversas herramientas (estadísticas, videoconferencias, mecanismos dinámicos de publicación, etc.) todo en una misma pantalla. Esta mirada de Microsoft va en sintonía con algunos de los conceptos que vertimos en "¿Puede caer para siempre el imperio de la Web", un artículo que habla acerca de la desaparición del mundo triple w, o bien de una evolución de la plataforma.

Signos que reconocemos

Microsoft ha logrado generar un interesante efecto al mostrarnos este mundo del futuro. Con este fin, ha colocado innumerables elementos que distinguen a la existencia del ser humano en la tierra y que, en tanto, generan una inevitable empatía y credibilidad. Hay allí dispositivos tecnológicos, softwares e interfaces que aún no se comercializan; pero todos aquellos avances están anclados en un mundo real y son utilizados por personas reales que bebén un té, andan en bicicleta, pasean en un mercado… nada de robots y seres extraños. El mérito de esta idea de Microsoft para el año 2025 es haber agregado la tecnología del modo en que suelen acontecer los avances: gradualmente y en sintonía con la vida humana.