(Bloomberg).- Nintendo Co. descubrió con su primer juego para teléfonos inteligentes que es difícil conseguir que la gente pague US$ 10 aunque se trate de Super Mario. Con su segundo título para móviles, la compañía japonesa ha optado por otra estrategia, que puede resultar más lucrativa, y también mucho más polémica.
Fire Emblem, disponible desde el jueves para los dispositivos de Apple Inc. y Android en 39 países, se puede descargar y jugar de manera gratuita, pero lleva a los usuarios a gastar dinero para liberar componentes especiales del juego.
Nintendo es consciente de la controversia. El extinto presidente Satoru Iwata se opuso al modelo de negocio gacha que usaban muchos de sus competidores en el 2012 argumentando que no puede ser la base de una "relación perdurable con nuestros clientes". Esa posición coincidía con la imagen corporativa de la empresa de Kioto: es la respuesta del sector de juegos a Walt Disney Co., la comercialización de personajes familiares como Mario y la ausencia de los matones y asesinos que son tan populares en otros ámbitos.
"Nintendo abrió la caja de Pandora", dijo Serkan Toto, el fundador de la firma consultora de Tokio Kantan Games Inc. "La mecánica del gacha en Fire Emblem parece ser un elemento clave y vital para el avance de los jugadores, al igual que en muchos otros éxitos para móviles de Japón".
Gacha es la más preciada de las artes oscuras que los creadores de juegos japoneses han usado para convertir su país en el mercado más lucrativo por usuario de juegos móviles del mundo. Si bien hay variaciones, la idea básica es que se pide a los jugadores que gasten dinero sin saber antes qué es lo que están comprando, a diferencia de lo que pasa en los populares juegos de Occidente.
En Fire Emblem, los jugadores pueden avanzar de nivel por medio de batallas o mediante una compra, y los precios van de US$ 1.99 a US$ 74.99. Se los usa para liberar centenares de personajes para un usuario, pero los usuarios no saben con anterioridad a quién obtendrán. A veces es un personaje nuevo y en ocasiones un duplicado de menor valor.