China
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Hace dos años Tang Xi nunca había estado en y no sabía ni una palabra de español. Si bien su dominio de la lengua no ha mejorado mucho desde entonces, ha creado una de las aplicaciones más populares del país.

Noticias Águila tiene ahora 20 millones de usuarios y se convirtió en la nueva aplicación número uno de la tienda mexicana de el año pasado, según App Annie. Eso ha sucedido mientras Tang y su equipo de desarrollo mantienen su sede en Shenzhen, el centro tecnológico chino en la frontera con Hong Kong.

Tang, que trabajó para antes de lanzarse por cuenta propia, se cuenta entre un grupo emergente de desarrolladores e inversores chinos que apuestan a que la nueva fiebre del oro tecnológica procederá de Latinoamérica y sus más de 600 millones de habitantes.

Impulsados por acaudalados capitalistas de riesgo del continente y exitosos en su país, Tang -que tiene 40 años- y sus pares exportan una fórmula perfeccionada en de búsqueda de rápida expansión antes que rentabilidad.

La inversión de capital de riesgo chino en América Latina aumentó a US$ 1,000 millones desde principios del 2017, en comparación con alrededor de US$ 30 millones en el 2014, según datos que reunió Preqin.

“Antes China copiaba del exterior, pero ahora vemos más oportunidades en contribuir a replicar modelos de negocios que han despegado y en exportarlos”, dijo Tang, que en la actualidad pasa la cuarta parte de su tiempo en México. “La competencia es tan fuerte en China que las compañías más pequeñas estiman que tiene sentido buscar oportunidades en otros lugares”.

Las chinas que llegan a la región comprenden a Tian Ge Interactive Holdings Ltd., que tiene sede en Hangzhou y quiere crear una plataforma de internet de financiamiento en México. La firma fabricante de teléfonos Phonemaker Transsion Holdings se prepara para establecer operaciones en Colombia.

China Mobile Games & Entertainment Group planea distribuir juegos para móviles en México. Ofo, el servicio de bicicletas compartidas con sede en Pekín, se prepara para hacer en México su primera incursión en Latinoamérica, dijo Chris Taylor, que dirige las operaciones de la firma en los Estados Unidos.

El avance del sector aprovecha años de inversiones estatales chinas en infraestructura en América Latina, donde en enero 2,000 compañías invertían más de US$ 200,000 millones en la región.

Cuando las startups llegan a Latinoamérica no tienen toda la región para sí. MercadoLibre Inc. y , ambas con sede en Buenos Aires, se han convertido en grandes actores en comercio electrónico y viajes online respectivamente.

Al igual que en el caso de las inversiones chinas en infraestructura en la región, existe la posibilidad de oposición local. El camino a Latinoamérica también ha abundado en proyectos frustrados. A las compañías automotrices chinas les ha costado establecerse en países como Brasil incluso después de haber construido plantas locales.

“Es arriesgado, y esas compañías tendrán que localizar sus productos”, dijo Tang Jun, vicedirector del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Zhejiang de Estudios Internacionales. “Habrá riesgos políticos, dado que muchos países de América Latina suelen experimentar ciclos rápidos y turbulencia”.

Eso no ha desalentado el interés por invertir. Alibaba Group Holding Ltd. y Tencent buscan proyectos, mientras que la adquisición por parte de Didi de Brazil 99 demostró que es posible concretar transacciones con rapidez, a diferencia de la oposición política que las compañías chinas enfrentan en EE.UU.