Bloomberg.- China está instalando más robots que cualquier otra nación, y eso podría afectar a todos los países.

Los envíos subieron 27% a unas 90,000 unidades el año pasado, un récord para un solo país y casi un tercio del total mundial; la cifra se elevará a 160,000 en 2019, estima la Federación Internacional de Robótica.

El ritmo galopante no ha afectado los salarios chinos todavía pero podría golpear a la economía global, según un informe de Bloomberg Intelligence esta semana.

La automatización puede impulsar las ganancias de productividad y la competitividad de las exportaciones, pero el creciente uso de robots también amenaza con exacerbar la desigualdad de los ingresos internos, socavando el consumo.

Y eso podría esparcirse más allá de las fronteras del país, dijeron los economistas.

"Al potenciar la oferta y deprimir la demanda, la automatización exacerba la confianza de China en el crecimiento impulsado por las exportaciones, amenazando las esperanzas de una economía nacional y global más equilibrada", escribieron los economistas Tom Orlik y Fielding Chen.

El aumento de los salarios está intacto. Los trabajadores de la manufactura locales con una educación secundaria vieron sus salarios subir 53% de 2010 a 2014, según datos de la Encuesta de Finanzas de Hogares de China citados por BI.

"El creciente uso de robots debería ser una mala noticia para los trabajadores de calificación mediana, especialmente aquellos en los sectores donde el trabajo de rutina significa margen para la automatización", indicaron Orlik y Chen.

"Sin embargo, el crecimiento de los salarios en China sigue siendo rápido y, en todo caso, a los trabajadores medianamente calificados que realizan trabajos de rutina les está yendo mejor que al promedio".

Los robots están en el centro del extenso plan del gobierno Hecho en China 2025 para actualizar las fábricas para hacerlas altamente automatizadas y tecnológicamente avanzadas. El reemplazo de los trabajadores de la línea de montaje también ayudará a compensar la disminución de la población en edad laboral.

Y mientras China está poniéndose a la par de líderes globales como Corea del Sur y Singapur, la saturación no está a la vista y su densidad de robots está por debajo del promedio mundial, según el IFR.

China también está comprando más y más de sus propios robots. Bajo el plan conocido en inglés como Made in China 2025 y un plan de robots de cinco años lanzado en 2016, Beijing planea concentrarse en la automatización de sectores clave como la automotriz, la electrónica, los electrodomésticos, la logística y los alimentos.

La "revolución del robot" propuesta por el presidente Xi Jinping en 2014 también generarán temores de una mayor desigualdad ya que los beneficios de una mayor productividad están sesgados hacia los propietarios del capital, a expensas de los trabajadores, según BI.

Tal resultado sería una mala noticia para el gasto de los hogares y podría retrasar el cambio hacia una economía impulsada por el consumidor, indicaron Orlik y Chen.

El gobierno también quiere aumentar la participación de los robots de marca china en el mercado del país de US$ 11,000 millones a más de 50% del volumen total de ventas en 2020, de 31% el año pasado, y producir 100,000 robots al año para 2020, en comparación con 33,000 en 2015.

Eso significa que la competencia se intensificará para las empresas extranjeras que suministran 67% de los robots de China, como las japonesas Fanuc y Yaskawa Electric, según BI.