(Bloomberg) ¿Están listos los coches eléctricos para sobrevivir sin ayuda?

Si usted se dio una vuelta por el Salón Internacional del Automóvil de Nueva York la semana pasada y vio el Chevy Bolt (eléctrico) de US$ 37,500 aparcado junto al sorprendentemente parecido Chevy Cruze (gasolina) de US$ 17,000, la respuesta probablemente sea un contundente "no". El Bolt posiblemente sea un auto mejor que el Cruze… pero no US$ 20,000 mejor.

Edmunds, la compañía de investigación de automóviles, recientemente intervino aportando su propio "no" rotundo al advertir que la eliminación de un crédito fiscal de US$7,500 "probablemente destruya el mercado estadounidense de VE".

Edmunds basó su argumento en lo que pasó en Georgia, estado que se convirtió en un insólito líder en autos eléctricos gracias a un incentivo adicional de US$ 5,000. En cierto momento, casi el 4% de los autos nuevos que se vendían en Georgia eran eléctricos. Entonces el beneficio se eliminó.

Pero una cosa muy reveladora sucedió después de que caducaran los incentivos de Georgia. A diferencia del Nissan Leaf, que conformaba la mayor parte del mercado de VE allí, la venta de los Tesla eléctricos de lujo apenas se vio afectada por la pérdida del crédito fiscal. De hecho, hoy hay más personas comprando Teslas en Georgia que durante los años en que hubo subsidio.

La excepción de Tesla muestra lo que sucede cuando un auto eléctrico alcanza la paridad con los competidores de combustible tanto en precio como en función.

A diferencia del Leaf y el BMW i3, el Model S de Tesla es más rápido que los coches de gasolina de precio similar, tiene una gran autonomía y una extensa red de recarga rápida y está repleto de avances tecnológicos incomparables como piloto automático y actualizaciones inalámbricas de software.

Como resultado de ello, el Model S es ahora el vehículo de lujo más vendido en Estados Unidos. Es poco probable que los cambios en los incentivos estatales o federales modifiquen ese hecho. Pero esos Teslas son autos premium que parten de unos US$ 70,000.

Para que los plugins realmente superen la prueba del subsidio y se apoderen de la industria automotriz, deben demostrar lo que valen en tipos de autos más baratos y tendrá que haber más fabricantes además de Tesla.

¿Cuándo podría ocurrir eso?El costo principal de un coche eléctrico es la batería, responsable de casi la mitad del precio de un plugin de tamaño mediano. Si se quita eso, los autos eléctricos son mucho más baratos de producir y mantener que los vehículos de combustión interna.

Para que un auto tenga verdadero atractivo en el mercado masivo, el precio inicial es lo que más importa, y los precios de las baterías deben bajar aún más. Afortunadamente, los precios están cayendo rápido, aproximadamente un 20 por ciento al año.

El costo de fabricación de los automóviles eléctricos caerá por debajo del de sus pares de gasolina alrededor de 2026, según un análisis reciente de Bloomberg New Energy Finance.

La cuestión de cuándo los autos eléctricos costarán lo mismo que sus pares de combustión no es académica. El incentivo federal de US$ 7,500 se irá reduciendo a medida que cada fabricante alcance su venta número 200.000 en los Estados Unidos.

Para Tesla, ese día llegará en algún momento del año que viene. Nissan y GM no estarán muy atrás… y cualquier ampliación del subsidio por parte de la administración Trump parece improbable.

Cuando los incentivos estadounidenses comiencen a caducar el próximo año, no espere una debacle como la de Georgia en el mercado. El período de mayor peligro para los VE está terminando y comienza el momento más prometedor.

Todos los principales fabricantes de automóviles están invirtiendo miles de millones de dólares para electrificar sus sistemas de transmisión y los inteligentes competirán agresivamente en los precios en el corto plazo con el fin de tener cuota de mercado a largo plazo. Los incentivos son importantes, pero no definirán el mercado por mucho más tiempo.